La escencia de la cual se enamoro YoonGi, no era de Jimin.
Hubo una pequeña equivocacion.
Jimin no es su predestinado.
Jimin es un beta, sin olor.
Sin esencia.
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Mientras el auto avanzaba por las pintorescas carreteras hacia las afueras de la ciudad, Jimin comenzó a sentir que la calefacción del auto hacía que la bufanda alrededor de su cuello fuera innecesariamente caliente. Decidió quitársela, enrollándola cuidadosamente y dejándola en su regazo.
El gesto liberó un suave aroma que de inmediato llenó el espacio confinado del auto. YoonGi, conduciendo con concentración, no pudo evitar sentir una oleada de atracción hacia el aroma que ahora emanaba del cuello de Jimin. Ese aroma, mezcla de la dulzura de vainilla y lavanda, combinado con la personalidad natural y belleza de Jimin, era intoxicante para él.
YoonGi tomó una profunda respiración, intentando mantener la calma y la concentración en la carretera. Pero su lobo interior se agitaba con entusiasmo, ansioso y emocionado por la cercanía y el aroma de su supuesto predestinado.
—Jimin, ese aroma... —comenzó a decir YoonGi, casi sin darse cuenta de que estaba hablando en voz alta.
Jimin lo miró, con una leve sonrisa y una chispa de curiosidad en sus ojos. —¿Aroma?
YoonGi negó rápidamente, tratando de mantener su voz tranquila a pesar de la emoción que sentía. Era demasiado pronto para decirle que su aroma hacía que su lobo enloqueciera. Sabía que confesar eso podría ser malinterpretado; alagar el aroma de un omega podía ser un gran halago o una ofensa si venía de la persona incorrecta.
—Nada. —dijo YoonGi, esbozando una sonrisa y mirando brevemente a Jimin antes de volver su atención a la carretera.
Jimin asintió torpemente, sin saber muy bien qué responder. Justo en ese momento, su canción favorita comenzó a sonar en la radio. Sin poder evitarlo, subió el volumen y comenzó a cantar, su voz llenando el auto con una melodía alegre y relajante.
YoonGi, aún con una mano en el volante, no pudo evitar admirar a Jimin con ojos brillosos y curiosos. Cada nota que Jimin cantaba parecía revelar una nueva capa de su personalidad, y YoonGi se preguntó qué más escondía el omega frente a él.
—Tienes una voz hermosa, Jimin —comentó YoonGi suavemente cuando la canción terminó.
Jimin sonrió tímidamente, sus mejillas sonrojándose ligeramente. —Gracias. Esa es una de mis canciones favoritas.
YoonGi asintió, sintiendo una conexión aún más profunda con Jimin. —Es bueno ver que te sientes cómodo.
Jimin miró a YoonGi y sintió una ola de calidez y gratitud. —Estoy muy emocionado por el festival.
—Yo también —respondió YoonGi, apretando suavemente la mano de Jimin por un breve momento antes de volver a concentrarse en la carretera.
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Jimin y YoonGi llegaron al festival de globos aerostáticos, donde una multitud de personas se extendía por todo el lugar. Apenas pusieron un pie en el evento, Jimin sintió un nudo en el estómago al ver la gran cantidad de alfas y omegas presentes. La intensidad de los aromas y la energía del ambiente lo hacían sentirse un poco sofocado e intimidado.
—Hay mucha gente. —Murmuró Jimin, tratando de mantener la calma mientras su mirada recorría el bullicioso festival.
YoonGi, notando el cambio en el ánimo de Jimin, se acercó y tomó su mano con suavidad, entrelazando sus dedos con los de él, mientras intentaba cubrirlo con su aroma, impregnándolo de el. —Para no perderme. —Dijo con una sonrisa tranquilizadora.
Jimin, le devolvió la sonrisa y presionó su mano con firmeza. —Gracias. —Murmuró, sintiendo cómo la ansiedad se desvanecía un poco con la cálida presencia del alfa a su lado.
Mientras paseaban por el festival, YoonGi observó un globo aerostático gigante en forma de corazón, conocido como "El Globo del Amor".
—¿Te gustaría subirte a ese globo? —Preguntó, señalando el enorme corazón rojo que flotaba majestuosamente.
Jimin, con los ojos brillando de emoción, asintió. —Sí, me encantaría.
Mientras el globo aerostático se elevaba suavemente hacia el cielo, el mundo pareció quedarse en silencio a su alrededor. Desde la altura, la vista era simplemente impresionante, con el paisaje extendiéndose en todas direcciones bajo un cielo azul claro. Jimin sentía mariposas en el estómago, tanto por la belleza del momento como por la proximidad de YoonGi.
YoonGi, viendo la oportunidad perfecta, tomó una profunda respiración, su corazón latiendo con fuerza. —Jimin, quiero decirte algo importante. —Su voz era suave pero firme.
Jimin lo miró, sus ojos llenos de curiosidad. —¿Qué es?
El alfa tomó las manos de Jimin entre las suyas, mirándolo a los ojos. —Sé que puede parecer rápido, pero desde que te conocí, he sentido algo especial entre nosotros. Me atraes como ninguno otro y mi lobo solo llama por ti. Quiero que seas mi pareja, Jimin.
Sin pensarlo demasiado y dejándose llevar por la oleada de emociones, Jimin se inclinó hacia adelante y lo besó suavemente en los labios. El beso fue tierno, una respuesta clara y sincera.
Cuando se separaron, YoonGi sonrió, todavía procesando el impacto del primer beso. —¿Eso es un sí?
Jimin, con una sonrisa brillante y una ligera risa nerviosa, asintió. —Sí, sí quiero.
La sonrisa en el rostro de YoonGi se amplió, sus ojos brillando de alegría. Su lobo interior aulló de felicidad, reconociendo que su supuesto omega lo había aceptado. —Jimin, me haces tan feliz. Prometo cuidarte y hacerte feliz todos los días.
Con sus manos aún entrelazadas, compartieron otro beso, esta vez más profundo y lleno de pasión. En medio del cielo, rodeados por la majestuosidad del paisaje y el suave vaivén del globo aerostático se convirtieron en pareja.
