Álex
Cinco años más tarde
Estaba a punto de vivir el momento más importante de mi carrera, iba a abrir mi propia editorial junto al apoyo de algunos amigos. Había planeado esto desde que salí de la universidad y unos años después, al fin lo logré.
Hace dos años que salí de la universidad, salí con varias chicas, me perdí por días, arruiné mi empleo con la editorial, perdí el camino de mi vida por un tiempo pero retomó su curso y ahora había publicado tres libros, estaba a nada de inaugurar mi editorial y nada podría ser mejor.
Bueno, algo sí que lo sería, pero ya pasó demasiado tiempo y es algo que debo dejar atrás. Aunque no creo nunca poder hacerlo, a veces me regresó a aquella noche y me pregunto si de verdad hice lo correcto, si de verdad no era el momentoPero después veo todo lo que he logrado desde entonces y vuelvo a creer que tenía razón, de haber continuado con aquello seguramente las cosas hubiesen terminado muy diferentes.
No he sabido nada de ella desde entonces, aunque trató de llamar las primeras semanas, después dejó de insistir y ambos seguimos con nuestras vidas. ¿Me dolió? Joder, como dolió. Pero habría sido peor si seguíamos tratando de mantener vivo algo que estaba desmoronándose.
-¿Estás listo?-preguntó mi madre, asomándose por la puerta de mi oficina.
-Sí, bajo enseguida-le indiqué.
Estábamos en mi nuevo apartamento, el cual había comprado con mis propios ingresos y estaba localizado en una buena zona de la ciudad. Me había asentado en California, creyendo que así habría menos oportunidad de cruzarme con ella y volver a caer.
Mamá había venido desde casa para ver la inauguración en persona, ya teníamos a algunos clientes interesados debido a la popularidad que tuvieron mis libros. Todo estaba saliendo muy bien, justo como lo había planeado. Cuando bajé, Josh y Nick también estaban ahí.
Nunca perdimos el contacto, siempre se han mostrado leales en la amistad, también estaban mis excompañeros de la universidad con los cuales había comenzado el negocio. Habíamos hecho una cena para celebrar el nuevo comienzo, pero primero íbamos a ir al edificio a abrirlo oficialmente.
Así que cuando llegamos, todos ya estaba terminado y solo quedaba abrirlo. Eran varias oficinas, muchas máquinas especiales para la producción de los libros, salas para conferenciasTodo. Abrimos y la emoción que todos mostraron fue lo que hizo de ese momento más importante, aunque mi sonrisa se esfumó en cuanto vi a alguien observando desde lejos.
Mia.
Estaba de pie, en la esquina de la calle frente al edificio. A pesar de que llevaba unas gafas de sol y un atuendo muy distinto a los que usaba antes, supe que era ella. ¿Cómo? No lo sé, solo sabía que era ella.
Casi como un impulso, dejé a todos detrás y me abrí paso para llegar a ella, quería hablar con ella, quería saber cómo estabaPero también quería saber mucho más que solo eso. Todas esas esperanzas se fueron por el caño cuando vi que alguien más se acercaba a ella y le entregaba una especie de pretzel, era un hombre.
La tomó de la cintura y le dio un beso en la mejilla, ella sonrió y apartó la mirada de mí. Ese era el riesgo que corría cuando terminamos, solo que creí que nunca tendría que verlo con mis propios ojos y si lo hacía, creí que ya lo habría superado para entonces.
Aparté la mirada y volví con los demás. Supongo que así debían ser las cosas ¿no? A fin de cuentas, yo fui el que terminó con ella.
-¿Esa era?-Josh se acercó a mí con el ceño fruncido.
-Sí-suspiré.
-¿Qué hace aquí?-Nick interfirió-¿No debería estar en Paris?
Lo mismo creía yo. Dejamos el tema y nos fuimos a celebrar la cena, aunque no estaba bastante animado a pesar de tener que estarlo. No sabía que iba a afectarme tanto volverla a ver, digo, ya han pasado cinco años
Salí a tomar un poco de aire mientras todos estaba disfrutando de la celebración, una persona se dio cuenta de que había algo mal en mí y no dudó en seguirme cuando tuvo la oportunidad.
-¿Qué ocurre?-mamá preguntó de inmediato.
-Nada malo, no te preocupes.
-Claro que me preocupo, acabas de cumplir uno de tus sueños y no estás contento-replicó.
No quise ocultárselo, quizá hablar con ella ayudaría, siempre lo hacía.
-He visto a Mia, frente al edificio-bajé la mirada.
-¿Y? ¿Hablaron?-frunció el ceño.
-No, su pareja llegó antes que yo-sonreí ante el amargo recuerdo-Quizá me equivoqué en el pasado, quizá sí pudo funcionar
-El quizá ya no importa, Álex, hiciste lo que creíste correcto en ese entonces, lo que pase ahora ya no es culpa tuya-me aseguró, acariciando mi espalda-Debes seguir adelante, hijo.
-Lo he intentado, créeme que lo he intentado pero de alguna forma todo siempre vuelve a ella-apreté los labios y metí las manos en los bolsillos-Cuando publiqué mi primer libro, me acordé de ella, cuando publiqué el segundo miré el cuadro que me regaló y como los espacios seguían vacíos, cuando publiqué el tercero y ganó un premio mi primer impulso fue querer contárselo, ahora que he hecho esto sigo queriendo poder contárselo.
-Se quisieron mucho en su momento pero no puedes quedarte en el pasado-explicó-Hay muchas personas ahí fuera esperando a conocerte, date la oportunidad de hacerlo y verás como todo cambia.
-Supongo que tienes razón-suspiré-Pero no ésta noche, voy a volver a casa, Josh se encargará de llevarte cuando quieras ¿sí?
Asintió con los labios apretados y me alejé. Manejé por horas hasta que al fin decidí que era momento de ir a casa, la imagen de Mia se quedó en mi mente y por primera vez en años decidí buscarla.
Al llegar a casa, me metí a investigar sobre ella y me sorprendió lo que vi. Había ganado diversos premios en los últimos años, sus pinturas estaban vendiéndose tan rápido como las terminaba, se había ganado un prestigio en la industria sorprendente para su edad.
Su estilo no era como el de ninguno de los pintores más famosos, era único, y eso la hacía destacar. Se había convertido en una de las pintoras más importantes de la década, no puedo creer todo lo que me perdí. Por eso hoy la vi diferente, se veía más madura, más elegante, ya no era la Mia que conocí.
Y eso me dolió demasiado.
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A pesar del tiempo
RomanceSu vida siempre había sido difícil, desde la partida de su padre tuvo que aprender sobre el lado duro de la vida. Mia siempre ha sabido que debe de trabajar duro para ser alguien en la vida, ha sabido desde muy pequeña que el mundo no es fácil y cre...