Capítulo 5: "Culto"

36 1 0
                                    

—¿Cheryl? -Pregunté después de ver a alguien que se oculta bajo un escritorio pero no recibo respuesta alguna, sino que quien se esconde sale corriendo hacia mi.

¡Es una enfermera! Me asusta por un momento pero con la luz que sale de la linterna puedo notar que ella es diferente, alguien normal.

Cuando ella vio que yo era igual alguien normal, cubrió un poco su rostro para no ser cegada por la iluminación y salió gateando por debajo del escritorio, entonces aliviada, sale corriendo esperanzada para abrazarme por sorpresa, ella tiembla mucho y parece que está muy asustada. Luego de abrazarme con tanta fuerza se despegó, me sostiene por los brazos y alza la mirada para mostrarme una sonrisa que refleja eterno agradecimiento. Es una mujer enfermera bastante joven debo decir, de cabellera rubia larga lacia y de ojos esmeralda con un uniforme de enfermera color rojo terciopelo.

Termina de abrazarme y suspira.

—¡Al fin!... alguien más que está bien. -su voz era muy delicada y fémina, pero también noto algo de cansancio.

—¿Quién eres? -interrogo tranquilo.

—Mi nombre es Lisa Garland, ¿y el tuyo?.

—Harry Mason.

—Harry, dime por favor qué está pasando aquí. ¿En dónde están todos? -mira al suelo-
—Creo que debí haber quedado inconsciente... -cruza los brazos. —...Cuando desperté todos se habían ido, ésto es horrible.

—Entonces tampoco sabes nada, genial. -con sarcasmo.
—Simplemente no puedo entenderlo, parece como si todo esto fuera algún tipo de mal sueño...

—¡Sí!, como una pesadilla viviente. -me interrumpió.

—Lisa, tengo que preguntarte, ¿has visto a una niña pequeña por aquí? Es bajita, de cabello negro, tiene sólo siete años.

—Una niña de siete años... uhm -pensando-. Realmente no puedo decir que sí, estuve inconsciente por un largo rato, lo siento.

Suspiré, frustrado.

—Está bien, yo entiendo. ¿Sabes algo sobre todas esas cosas tan extrañas allá en el sótano? -Le dije, cambiando de tema.

—No, ¿por? ¿Hay algo ahí abajo? -me miró con una ceja alzada.

—¿No lo sabes? ¿Qué no trabajas aquí? -extrañado.

—Estamos bajo órdenes estrictas de nunca bajar al sótano, así que en realidad no sé. ¿Qué dices que había allí abajo?

—Bueno, abajo hay... -sin finalizar la oración, yo quería hablarle de las extrañas habitaciones del sótano debajo del sótano, además del polvo blanco con el cual me dí tremendo viaje.

En ese momento volvió la escandalosa sirena, como alguna clase de alarma que advierte que algo malo está por ocurrir o que ya ocurrió y todo estará seguro por algunos momentos, no sé cuál de las dos sea la respuesta. Todo a mi alrededor se torna rojo y me provoca una jaqueca insoportable, era demasiado ruido, me estoy cayendo al suelo de rodillas con las manos en mi cabeza y siento el suelo vibrar como un terremoto.

—Ah, ¡carajo! ¡Mi cabeza!...

—¿Qué sucede? -Lisa parece no sentir nada.
—¿Harry? ¡HARRY! ¡Déjame ayudarte!... ¡¡Harry!! -la voz de Lisa se volvía un eco que cada segundo disminuye el volumen, los próximos diez segundos yo ya no me movía, me había desmayado por el dolor.

Silencio en las MontañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora