El Valle de las Almas Tristes

Capítulo 9: Ecos del Pasado

Diario de Samuel Blake:

"Cada paso que damos hacia el valle nos sumerge más en una pesadilla de la que parece no haber escape. Los ecos del pasado y las advertencias de los espíritus nos persiguen, y cada revelación trae consigo nuevos horrores."

Después de la aparición de Usher, el grupo continuó su marcha, pero ahora con un peso adicional en sus corazones. Las palabras del espíritu resonaban en sus mentes, creando un ambiente de incertidumbre y miedo.

A medida que avanzaban, comenzaron a experimentar visiones extrañas. El bosque a su alrededor parecía cambiar, mostrando imágenes de personas y eventos del pasado. Vieron a Zah-Gorath realizando sus rituales oscuros, sacrificando almas y atrapándolas en el valle.

Elena vio a una mujer que se parecía a Amelia, la esposa del Dr. Ward, susurrando su nombre. "Jonathan, ayúdame..." La visión se desvaneció rápidamente, dejando a Elena en un estado de desconcertante conmoción.

Mientras descansaban, Alicia confesó un secreto que había mantenido oculto. "No vine aquí solo por mi investigación. Mi hermana desapareció en estas montañas hace diez años, mientras investigaba el mismo misterio. Creo que Zah-Gorath la atrapó, y he estado buscando respuestas desde entonces."

Samuel la miró con compasión. "¿Por qué no nos lo dijiste antes?"

Alicia bajó la mirada. "Tenía miedo de que pensaran que estaba loca. Pero ahora sé que debemos estar juntos en esto, para encontrar la verdad y liberar a todas las almas atrapadas aquí."

Al final del día, llegaron a una cueva oscura que parecía ser una entrada oculta al valle. Decidieron entrar, esperando encontrar refugio y respuestas.

Dentro de la cueva, encontraron una serie de túneles laberínticos. Mientras exploraban, oyeron un susurro lejano. "Ayúdennos... libérennos..."

De repente, la cueva se iluminó con una luz antinatural, y las paredes comenzaron a temblar. Las rocas se movieron, cerrando la salida detrás de ellos. El pánico se apoderó del grupo mientras intentaban encontrar  una salida.

"¡No estamos solos!" gritó Elena, señalando una figura espectral que se acercaba.

La figura era etérea, casi translúcida, pero su rostro era claramente el de Amelia, la esposa del Dr. Ward.
"Jonathan, he esperado tanto tiempo... Ayúdanos..."

El Dr. Ward se quedó paralizado, incapaz de creer lo que veía.

"¿Amelia?"

Antes de que pudiera acercarse, la figura se desvaneció, y la cueva comenzó a colapsar a su alrededor.

La luz azul espectral volvió, revelando inscripciones en las paredes que brillaban intensamente.

Alicia gritó:

"¡Miren esas inscripciones!
¡Es Zah-Gorath! ¡Está tratando de comunicarse con nosotros!"

Pero antes de que pudieran descifrar los mensajes, la cueva tembló violentamente, y una abertura se abrió en el suelo, tragándose a Samuel, Elena y Alicia en la oscuridad.

El  Dr. Ward arrodillado en el suelo, llama desesperadamente a sus amigos, mientras el eco de su voz se pierde en la oscuridad.

Diario de Elena Carter:

"La cueva se convirtió en una trampa mortal, y ahora estamos separados de Jonathan. Samuel, Alicia y yo hemos caído en un abismo sin fin. No sé dónde estamos ni cómo saldremos de aquí, pero una cosa es segura: no estamos solos, y el verdadero horror aún está por venir."