Serán abuelos (PondPhuwin)

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Parte del universo que nació con la historia del JimmySea...

+18 al principio cuidado.










-Pond... no más... espera, por favor espe...- tratar de formular una oración completa era inútil.

Y todo por una simple razón. La boca de su esposo. Una boca que en estos momentos tenía dentro su miembro y estaba haciendo maravillas con el mismo.

Con un pop su esposo expulso su miembro y frente a tan repentina acción, la cual lo hizo enojar, lo miro y los ojos que lo vieron lo asustaron un poco apagando así el enojo por la desatención a su pene.

-Amor por fa...- no fue capaz de terminar la oración al sentir como un par de dedos entraban nuevamente en su, ya muy usado, agujero.

Pond no desaprovecho y se acomodó de manera que mientras jugaba con la entrada de su esposo, metía su miembro en su boca nuevamente, causando así que el pelinegro se convierta en un manojo de gemidos y movimientos erráticos los cuales fueron detenidos por la mano del castaño en su pecho, que lo obligaba a quedarse en su sitio.

En un abrir y cerrar de ojos, con dedos en su ano y su pene envuelto en la cálida boca de su amado, sintió como su cuerpo se tensaba, un cosquilleo recorría su estómago y solo atino a elevar su cadera y gritar y gemir al mismo tiempo.

-FUCK

Al sentir la nube del orgasmo disiparse lentamente, pudo observar cómo su esposo se levantaba y lo miraba directamente, vio como cerraba su boca y tragaba, luego pasaba sus dedos por sus labios limpiándose los restos de semen para meterlos nuevamente en su boca y finalizar con una sonrisa.

-Holy shit- fue lo único que pudo decir al ver lo sexy de su amante.

El castaño, poniendo ambos brazos a los costados de Phuwin, se fue acercando cual depredador a su presa. Si llegaba a decirle que quería una segunda ronda, el pelinegro se tenía que negar, por más que le disgustara la idea, Pond se convirtió en una bestia esa noche. No podía aguantar otra ronda de sexo.

Cuando vio a su esposo encima de él sonriendo no pudo evitar imitarlo.

-Nop, límpiate la boca primero- giro la cabeza para evitar el beso que Pond le iba a dar. - no quiero el sabor a semen en el beso.

-Pero eres tú, es tu sabor- Naravit se acercó a su odio y susurro- y eres delicioso.

Beso la oreja y Phuwin comenzó a reír atrayendo el cuerpo de Pond hacia el suyo riendo ambos.

Pond lo acerco más hacia él y lo abrazo. Esto era lo que amaba el pelinegro, amaba cuando después de una intensa sesión de sexo, Pond volvía a ser el mismo de siempre, un hombre cariñoso y que solo sabe dar mimos.

-Phu- el llamado de su nombre lo trajo de vuelta del mundo del sueño al que las caricias de su esposo lo llevaban.

Con un sonido le incito a que continuara.

- ¿Has pensado alguna vez en tener un hijo?

Okay... con esa pregunta definitivamente lo despertó.

-Pond yo creo que no puedo quedar embarazado- sabía que no era buena idea el chiste, pero ese tema lo incomodaba un poco.

-Lo sé, de ser así ya tendríamos un equipo de futbol- Naravit rio frente a la broma y se alegró por eso, esperando que dejara el tema atrás, pero su suerte no era mucha. -Se que el tema te incomoda un poco... Perdón, duerme ya cariño.

Y con un beso en la frente Pond se recostó más en la cama y en pocos minutos ya se escuchaban sus ronquidos.

Phuwin tardo más en dormir, solo pensando en la pregunta de Pond.


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