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KIM MINJEONG
"Una difícil decisión"

No sabía qué hacer. Sunghoon me conocía y siempre le dejé claro que ese tipo de espectáculos no eran lo mío. Lo del reflector en su fiesta lo acepté por ser su cumpleaños y porque su madre lo dispuso, pero acorralarme de esa manera delante de todos. ¿En qué estaba pensando? La incomodidad se hizo espacio en mi cuerpo y sabía que la presencia de JiMin era la principal causa; y más después de lo que pasó en mi casa.

Le hice creer que yo no recordaba nuestro beso y sus manos tocando mis senos. Tengo imágenes muy borrosas respecto a esa noche en mi habitación, pero lo que pasó entre nosotras se reproducía con mucha claridad en mi cabeza. Decidí fingir que por efecto del alcohol no podía recordar nada, incluyendo el origen del rasguño en mi abdomen, y solo porque no estaba lista para tener esa conversación.

Después de ese día, las cosas mejoraron entre nosotras. Nos veíamos en clases. Algunas veces se sentaba con mis amigos y conmigo en la cafetería, hasta que llegaba Wonyoung, fingía necesitarla para algo importante y se la llevaba. Incluso cuando se iba, nuestras miradas coincidían y una que otra sonrisa se escapaba de nuestros labios sin motivo alguno. Jimin siempre tenía ocurrencias que la hacían muy divertida, y yo no podía evitar reírme ante ellas; como esa vez que simuló un cuchillo con sus dedos y cortó el cuello, intentando decirme que prefería suicidarse antes que seguir escuchando las vanidades de Wonyoung y su grupo.

—Esa chica me cae muy bien —confesó Ningning, que me había pillado riéndome con Jimin, y yo solo esperaba que la cara de idiota no me delatara.

—Eso si es una novedad viniendo de ti, bebé —le respondí.

—Que Sunghoon me parezca un aburrido sin sabor, no quiere decir que piense lo mismo de todo el mundo —refutó.

—¿Por qué comparas a Sunghoon con Jimin? ¿Qué tienen que ver uno con el otro? —pregunté, confundida.

—No lo sé, dímelo tú —No era posible que lo supiera. Aunque tratándose de Ningning, no resultaría una sorpresa.

La conversación llegó hasta ahí porque Mark nos interrumpió, y yo me quedé con la intriga.

Era viernes. Todos estaban emocionados por el día de San Valentín. De camino al salón me encontré a Jimin. Íbamos riéndonos de todos los chicos que caminaban adornados de grandes arreglos de flores y chocolates con formas de corazones, pero la risa desapareció en seco cuando vi a Sunghoon frente a mí lleno de globos también.

—¿Quieres ser mi novia? —me preguntó, después de declararme su amor. Escuché la puerta azotarse y cuando volteé, JiMin ya no estaba.

No supe qué hacer. Quería correr detrás de ella, pero con qué excusa la iba a detener o mejor dicho qué le diría a Sunghoon. ¿Que me estaba enamorando de alguien que no era él y que además era una chica? Sin duda, esa no era una opción viable.

—¿Podemos hablar a solas? —solicité, y su cara fue de espanto.

—¡Esto tiene que ser una puta broma! Tanto show para dejarnos en suspenso. Deja el teatro Minjeong y dile a Romeo que no puedes ser su novia porque a ti te gustan los hombres de verdad —Sunghoon quiso golpearlo, pero lo sujeté por el brazo sacándolo del salón.

—No me odies princesa, por favor —Me veía con ojos de corderito nervioso y no podía evitar sentir ternura al verlo así.

Quería a Sunghoon, pero no dejaba de pensar en Jimin; en lo que me había hecho sentir en tan pocos días y en la forma en la que se fue. Le escribí un mensaje preguntándole adónde había ido y Hoon me pedía que le prestara atención. Lo último que vi fue que estaba escribiendo y luego se desconectó. Sunghoon esperaba una respuesta y yo me sentía al borde de un ataque de ansiedad. Mi cuerpo estaba con él, mi cabeza con ella, pero mi corazón los quería a los dos.

Just let me Love You | WinRinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora