Just let me Love You | WinRina

02

KIM MINJEONG
"En contra de las injusticias"

Me arreglé con premura para ir al instituto. Era mi último año y el sabor de la despedida, me hacía querer disfrutar cada segundo de una etapa que sabía que no iba a volver, pero que en su paso, dejó increíbles recuerdos y personas que ahora formaban parte de quien era yo, y si les soy sincera, eso me afligía un poco, porque no quería tener que separarme de mis mejores amigos: Ningning, Mark y Yoon. Cuando sientes que tienes todo, empezar de cero, puede asustar un poco, y yo tenía todo lo que cualquier adolescente le gustaría tener: Popularidad. Pero ya estaba lista para el siguiente nivel y la escuela de leyes me esperaba.

Todos daríamos inicio a una nueva aventura. Ningning se iría a estudiar Sistemas Informáticos, nadie sabía manejar mejor una computadora que ella. Yoon y Mark irían a la facultad de medicina, ella sería pediatra, por su pasión por los bebés y él, Cirujano Plástico por su pasión por... las partes del cuerpo femenino. Vulgarmente decía que iba a pasar su vida viendo todas las "tetas" que no pudo ver en el instituto.

Mis mejores amigos eran con quienes me gustaba pasar la mayoría del tiempo, pero también tenía a Sunghoon. Él estaba enamorado de mí desde que éramos unos niños, y para ese entonces llevábamos dos años "saliendo", aunque no era oficial. Él no me había pedido que fuera su novia, y yo no estaba muy interesada en que lo hiciera, pero aun así nos guardábamos cierta exclusividad. Todos en el instituto sabían que estábamos juntos.

Sunghoon era conocido por sus fiestas y por su físico. En mi caso me reconocían por mi "exclusividad". Todas querían ocupar mi lugar. Soñaban con tener lo que yo tenía: la vida perfecta de Kim Minjeong. La gente me respetaba, incluso sentían cierto nerviosismo al referirse a mí. Me creían fría e inalcanzable, también creída, pero yo no me considero de esa forma.

Él y yo éramos la pareja ideal. Esa que ves y dices: "yo también quiero eso". Algunos opinaban que parecíamos sacados de una película romántica. De esas en la que los protagonistas son perfectos y pareciera que nada les faltara. Sunghoon era increíble. Era educado, de buena familia, caballeroso, dulce, amable con todos. El sueño de cualquier chica de mi edad, y también se caracterizaba por ser un amante de la diversión. Él siempre decía que la adolescencia es la mejor etapa de la vida y que la recordaríamos por las buenas anécdotas, los amigos, los primeros y grandes amores, pero sobre todo, por las fiestas, las buenas fiestas que nos recuerdan que el tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido. Yo no era amante de las fiestas. Disfrutaba mi adolescencia, lo que tenía y lo afortunada que era, pero mi objetivo en el instituto siempre fue claro: sacar excelentes notas y que mis padres estuvieran orgullosos. Ellos eran mi inspiración y no quería decepcionarlos, como lo hizo Chaewon, mi hermana mayor.

Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina, en donde encontré a mi padre y un delicioso olor a café y pan tostado. Aunque no me gustaba el café, podía disfrutar de su aroma. Él valoraba los desayunos. Siempre ha dicho que no hay mejor forma de comenzar el día que compartiendo con las personas que amas. Estaba en videollamada con mamá que se encontraba de gira, dando conferencias de motivación personal. Mi padre al verme llegar me regaló una sonrisa extendiendo sus brazos invitándome a abrazarlo.

—¿Cómo amaneció mi pequeña saltamontes? —me dijo, mientras plantaba un beso en mi frente y yo me sumergía en su perfume que combinado con su piel, podría decir que era de mis olores favoritos en el mundo.

—Muy bien papá —le respondí, mientras lo cubría con un abrazo.

—Ya llamé a la señora Jiyeon, debe estar aquí a las tres, así que cuando regreses del instituto, debes tener tu cena lista —me dijo, refiriéndose a la señora que me cuida desde que tenía tres años y a quien por cariño le llamo Bona.