Tercera Parte

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Finalmente, la hora del té había llegado, así como cuando el reloj de Londres dio su aturdo sonido indicando que ya se trataban de ser las 12 de la tarde en punto, era el clímax donde el Reino se mostraba algo más agitado que de costumbre, sin embargo, le parecía bastante bien manteniéndose como parte de la sociedad, si eso aún no significaba que dejaran más herederos después de tantos años, a pesar de todo, Ciel había conservado fe tratándose de Karin como familiar suyo, así mismo la había aceptado.

Llegaron a su destino, Sebastian se apuró a abrir la puerta y cargar las cosas de sus amos mientras entraban.

-Prepararé el té lo más pronto que pueda, les prometo que no tardaré.- Les dijo.

-Sí- Ambos respondieron.

Subieron las escaleras, querían continuar jugando, por lo menos para pasar el tiempo mientras que llegara la mañana siguiente, ahora mataban el tiempo jugando, leyendo y charlando entre ellos, ambos también habían optado por ser sus propios maestros, pues mientras que Karin le enseñaba a Ciel cuestiones relevantes de la era actual, así como la historia del mundo antiguo de 1800 hasta el "ahora", el joven demonio hacía lo mismo inculcándole modales, tradiciones perdidas y bellos recuerdos de su niñez, y ésta había notado que siempre al relatar esas historias contemporáneas, sucedía que el cambio de Ciel en sus ojos aumentaba considerablemente, resplandeciendo sus ojos demoníacos sin que él mismo se diera cuenta, no estaba segura de ello, ¿decirle o no?

Se sentaron uno en frente de otro con el tablero de ajedrez a un costado, en realidad, ninguno de los dos tenía intenciones de jugar nuevamente, el ambiente se estaba convirtiendo diferente.

Se miraron fijamente, como si ambos quisieran que el otro decidiera algo qué hacer a parte de lo mismo, así romper la rutina, como siempre habían deseado.

-Uhmmm..- Karin susurró, tal vez el joven Conde no se animaría tanto en pedir algo.

-Etto...- El otro suspiró, parecía como si él tuviera lo mismo en mente.

-¿Vamos al cine?

-¿Me llevas al cine?

Ambos preguntaron a la vez.

Karin lo miró comprensiva, sabía que el joven Phantomhive nunca había asistido a un cine antes, por lo tanto, después de tantas maravillas de hablarle, se había animado a tomar una decisión muy especial, además ella se lo había prometido, tenía que cumplir.

Se puso de pie y asintió cordialmente.

-De acuerdo Ciel, vamos al cine.

Mientras tanto, la joven limpiaba con su cola sin ánimos, tenía la mirada bien seria y no estaba contenta de realizar esa labor, era más, el polvo la irritaba mucho.

Undertaker la miró.

-¿Qué te sucede, Leiko?- Le preguntó.

Ella le maulló negándolo, él rio levemente.

-Vamos, no me digas que "nada", sé bien cuando algo te pasa, vamos dime.- Insistió.

-Mao.- Volvió a maullar.

El enterrador se acercó y la golpeó con la escoba en la cabeza, ésta se sobresaltó erizando todo su pelo y cabello, maulló sorprendida, después de ello bufó incómoda.

-No me mientas, ahora es una orden...- Susurró- Dímelo.

La campanilla/El cascabel de su cuello se movió sonando, ésta suspiró hondo sabiendo que tendría que contestarle aunque no lo deseara.

-Estoy aburrida, hace mucho que no salimos de este lugar, de hecho, la última vez fue cuando asistimos al cine, y nos sacaron a los 10 minutos.- Le dijo recordando el suceso.

Oh... Ya veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora