CAPÍTULO 1

195 12 0
                                    

"LOS ERRORES SE DEBEN PAGAR"

Abro los ojos, todo está oscuro aquí, parece de noche. Pero la sirena da la alarma de que es la hora de despertarse, y por lo tanto son las siete.
Cada día me levanto y me ducho con los demás presos. Ah sí, no lo había dicho antes, soy preso desde hace 9 años y 359 días. Aquí pasar un día es como pasar un mes entre insultos, el eterno juego de esquivar a los pinchos, que cada uno de los presos se prepara. Por si alguno quiere venganza o para que, matando al más grande y fuerte, se consiga el respeto que todo el mundo quiere.

Y todo por un error de la policía, un error no resuelto, un error que me ha costado casi diez años de mi vida. Un error que resolveré en el momento en el que salga de esta cloaca infesta de meados.
Solo me quedan cuatro días, cuatro días para averiguar quien me tendió la trampa, cuatro días para volver a verla.

Recuerdo como entré en este sucio agujero de ratas como si fuera ayer. Aunque algunas partes están borrosas, la policía a veces es demasiado brusca y no saben en que medida pegar a un sospechoso. Así que normalmente dan con todas su fuerzas.
Cerdos, si tuvieran a gente competente en el cuerpo no estaría yo aquí. El día que me trajeron aquí, antes de toda la mierda policial, fue todo tan normal... Lo recuerdo como si fuera ayer.

UN 23 DE FEBRERO DE HACE CASI 10 AÑOS

Estamos en febrero, aun hace frío pero no demasiado. Vivo en Madrid, la ciudad rodeada de Burguer King's si, cómo los odio, nunca me gustó la comida rápida.
Miro por la ventanilla de mi coche mientras conduzco, sin abrirla, uno no se da cuenta de la contaminación que producen los coches hasta que lo vive de cerca, ¡vergüenza debería darnos! Llego a casa rápido, abro la puerta, hay correo.

Me tumbo en el sofá, por hoy no quiero saber nada del mundo de fuera que solo quiere robar lo que tanto me cuesta conseguir.

Almuerzo una ensalada (con más salsas que lechuga) con alitas de pollo y J&B cola, mientras me quito los zapatos y pongo los deportes, !esto es vida joder¡
Mi médico no me deja comer un jodido entrecot por el colesterol, pero disfruto de lo que tengo.

De repente la puerta se cae abajo, sobresaltado me despierto sin saber que cojones es lo que pasa. Miro hacia la entrada donde debería haber una puerta cerrada, y me encuentro con cinco policías dentro de mi casa que me apuntan con pistolas, tengo un pequeño punto rojo en el pecho, estoy acorralado.

-¡Ponga las manos sobre la cabeza y levántese del sofá, despacio!- Me grita uno de los policías, que lleva la pistola que dibuja el puntito rojo sobre mí.

Me llevan a comisaria y me enseñan la foto de una chica muerta. Es.... no, no, no. No puede ser ella, imposible.

Me preguntan sobre una tal Mónica, por lo visto la encontraron muerta hoy por la mañana en su apartamento; desentrañada y con partes del cuerpo amputadas. Según el informe policial todo apunta a que los miembros fueron serrados con ella aún con vida, lo que manifiesta el carácter maníaco de su asesino.

-¿Pero qué coño me contáis a mí? Yo no sé nada- Respondo al policía que no quiere creerme, me traen un abogado de oficio. Está muy mal vestido y tiene un aspecto denigrante, con pinta de que no sabe que hacer con su vida, no quiero este abogado.

Por lo visto mis huellas han sido encontradas en el escenario del crimen... por todas partes. Incluso en ella... pero no, no es ella.
Me meten en una de las celdas de la comisaria, hasta el día del juicio estaré bajo fianza. Que solo un rico podría pagar, como no.

Mi declaración no ha servido de nada, les dije que trabajaba, pero no hay ni testigos ni cámaras que lo demuestren.
Estoy jodido, puta suerte la mía... -Seguro que en el juicio tendré más suerte-, es el mantra que me repito a mi mismo mientras los demás encarcelados me comen con la mirada mientras miro las grises paredes de aquella celda.

CONTINUARÁ...

El Sueño Del Asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora