Parte 3: Nos van a oír.

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Terminaron acostados uno frente al otro completamente desnudos. Bradley acariciando la mejilla derecha de Max, y Max haciendo círculos con sus dedos sobre la piel de sus caderas.

La mano de Bradley fue descendiendo lentamente hasta que tomó entre su mano la intimidad de Max. Este soltó un gemido ahogado y cerró los ojos.

Bradley se pegó a él y mientras se besaban masturbaban sus miembros juntos.

— Ahg.. Brad. —Gemia Max.

Bradley dejó la tarea y solo se dedicó a estimular el miembro de Max.

— Hazlo.. —Le gimió en el oído al azabache cuando supo que era el momento.

Max se levantó de la cama mientras Bradley se recostaba boca arriba y colocaba un cojín debajo de sus caderas.

Se besaron una vez más cuando Max se colocó entre las piernas de Bradley, y ambos gimieron al sentirse así otra vez. Al verse en una situación después de tanto tiempo, no podían creer que sus corazones estuvieran así de juntos otra vez, o que sus labios llevarán besándose incontables minutos, o que estuvieran a punto de entregarse uno al otro nuevamente.

Después de un rato de besos, saliva y mucha preparación, Max se dio espacio en el interior de su ex novio, lento y directo como Bradley lo disfrutaba.

Ambos estaban totalmente extasiados, una burbuja los separaba del mundo y los entregaba a las más placenteras sensaciones.

Las embestidas comenzaron lentas cuando Bradley gemia con moderación pero al poco tiempo la demanda de sus cuerpo aumentó y se tuvieron que acomodar para besarse de la manera que a ambos les gustaba: Lento y sucio mientras una guerra se libraba en sus caderas.

Los gemidos no podían pasar desapercibidos, era demasiado como para ocultarlos en sus bocas. Los besos resonaban por toda la habitación, al igual que las embestidas y los jadeo mortíferos.

— Nos... ahh. —Gimió Bradley, perdiendo el hilo de sus pensamientos. — Nos van... ahh oír.

Max ni siquiera pudo contestar, así que solo beso de nuevo sus labios como si fuera la solución al problema.

Él sabía que nunca se iba a sentir tan bien, tan tranquilo, tan en paz con alguien que no fuera Bradley, con unos brazos que no fueran los suyos, con unos besos, con unas caricias, con un corazón que no fuera el de Bradley.
 
Estaba ahí, en su interior sintiéndose el Rey de todos los placeres de la vida, tenía las piernas de Bradley enredadas en su cintura, sus manos arañando su espalda, sus labios succionado los de él, y su cuello siendo marcado por sus dientes.

Tenía a Brad completamente entre sus brazos y se odió por todos esos días que desperdicio su vida sin él, viviendo una vida cómoda junto a una chica para intentar encajar en la sociedad, pero no podría hacer nada de eso otra vez.

Nunca iba a poder vivir si Bradley no estaba ahí.

— Maxie... —Gritó, pero el grito murió en la boca de Max. Sabía que pronto iban a terminar, ya podía sentir el orgasmo acumulándose en su vientre, podía ver el de Bradley asomándose en su miembro, así que tomó a Brad de la cintura y rápidamente cambiaron de posiciones. Sabía que a Bradley le fascinaba que hiciera eso cuando estaba a punto de terminar, porque lo exitaba de una manera bestial.

Ahora Max estaba medio sentado en la cama con las piernas estiradas y Bradley sobre él con ambos piernas dobladas a cada lado de su cadera, brincando sobre su pelvis siendo ayudado por los brazos de Max.

— Mmmh... Brad. —Gemia Max. — ¿Te gus-tahh como te lo.. hago? —Preguntó orgulloso.

Bradley lo golpeó en el brazo reprimiendo una carcajada, y luego lo abrazó por la espalda y lo juntó a su cuerpo con fuerza, sus corazones palpitaba descontroladamente y si ponían atención podrían sentirlos uno junto al otro. Reconociéndose, alegres porque se habían extrañado.

Cuando Max sintió los dientes de Bradley clavarse lentamente en su hombro izquierdo supo que era el tiempo del final. Sus brazos se aferraron al cabello de de Brad y aún con las embestidas descontroladas buscó sus labios para terminar con un demandante e intenso beso.

Sintió el líquido de Bradley esparcirse por sus cuerpos y comenzó a estimularlo con una de sus manos. Después de un minuto Brad sintió en su interior el líquido tibio del Max, y el mayor extasiados que pudieron sentir ambos culminó por fin.

Se quedaron así unos treinta segundos, con las frentes y narices unidas, intentando normalizar sus respiraciones. Sintiendo todas sus extremidades temblar y todavía espasmos en su interior.

Max tomó a Bradley por la cintura y sin salir de su interior lo recostó en la cama, besandolo suavemente. Sintiendo por primera vez que sus labios estaban hinchados y totalmente rojos por el uso excesivo. Los brazos de Bradley volvieron a rodearnos, esta vez por la cintura mientras seguían unidos, con las piernas entrelazadas.

Cuando finalmente sus respiraciones volvieron a la normalidad, Max salió de Brad provocando que este soltara un gemido ahogado. Ambos se miraron con las mejillas rojos, cohibidos al verse finalmente tranquilos después de la locura que habían cometido.

Se dedicaron a darse besos en el rostro, uno Max, uno Brad. Otro juego que disfrutaban cada vez que terminaban algún acto sexual. Además empezaron a contarse los moretones, rasguños y chupones que tenían en el cuerpo. Max tenía seis y Bradley tenía siete.














JAJWJRJGJA ME COSTÓ ESCRIBIRLO,
no recordaba que fuera tan horny JAJAJDJA😭

Ella tuvo la culpa. - Maxley [Adaptación] [CONCLUIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora