Capítulo 36

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Advertencia: Este capítulo puede contener temas delicados, no están narrados a detalle, pero queda muy en claro lo que ocurre.

Advertencia: Este capítulo puede contener temas delicados, no están narrados a detalle, pero queda muy en claro lo que ocurre

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Abi

Los abuelos me reciben con una sonrisa, yo me siento tímida porque no estoy acostumbrada a pasar tiempo con ellos, además, extraño a Kagome porque ella no puede venir con nosotros. Mamá me empuja para que camine mientras me presentan a mis tíos y a mis tías que no recordaba. Les sonrío sin dejar de abrazar el peluche que tengo contra mi pecho. Siento como mi abuela acaricia mi cabello, ella huele a galletas y me sonríe con cariño.

—¿Quieres unas galletas, Abi?—me sonríe con amabilidad, sonrío despacio y tomo su mano para caminar con ella por la amplia casa de campo. Ella me guía a la cocina y me dice que tome asiento mientras va por unas galletas. Yo me siento y sonrío cuando ella me tiende la bandeja con diferentes galletas—no sabía cuál sería de tu gusto, así que hice diferentes, espero que te gusten—elevo la vista hacia ella.

—Gracias abuela—besa mi frente y se levanta.

—Disfruta, tenemos que hablar con tu madre, luego te llevaré a que descanses porque haremos un recorrido por la casa, así te sentirás cómoda. Me alegro de que por fin te dejaran con nosotros, he esperado mucho tiempo para compartir con mi querida nieta, aquí te daremos todo el amor del mundo querida, ahora come—asiento a lo que me dice y hago lo que me ordena.

Como todo y una de mis tías viene con una revista, se sienta y me habla de cosas que comprendo porque son los programas que Kagome y yo miramos, ella sonríe con amabilidad mientras me escucha parlotear, me relajo porque al principio pensé que sería un castigo que me trajeran aquí, pero conforme las horas avanzan, más me gusta esta casa de campo.

Cuando mamá se va, me muestran mi habitación y es muy bonita, yo sonrío y abrazo a mis abuelos sintiéndome feliz. Mis tíos y mis abuelos me sonríen con amabilidad.

Los próximos días son realmente divertidos, son adultos que juegan conmigo, que me escuchan y me ayudan en lo que necesito. Todos los días me despierto con ideas nuevas para juegos y travesuras. A ellos le gusta cuando propongo nuevas ideas y eso me hace sentir bien, solo que a veces me gustaría que mi hermana esté aquí disfrutando conmigo de estos días. Intenté llamar, pero nadie me respondió haciéndome sentir triste, puede que Kagome esté divirtiéndose y conociendo nuevas personas y llegue a olvidarme.

Yo quiero mucho a mi pequeña hermana y no quiero que nadie le haga daño. Es por eso que siempre me preocupo por ella o lo que le pueda ocurrir. Kagome es una niña muy dulce y las personas la lastiman, lo sé porque soy la mayor y es mi deber cuidar de ella.

Así que esa noche me duermo con el pasamiento de mi hermana, orando para que ella esté bien y nadie la esté lastimando. Mi habitación huele a galletas porque la abuela siempre me deja dos sobre la mesa de noche y un vaso con leche, solo que esta noche no tengo apetito.

Travieso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora