—¿Damos un paseo por la bahía Passion —dijo Becky a Yoko tocándola con el codo.
Yoko negó con un gesto distante.
—¿Te apetece comer algo? —insistió Becky, sin saber qué hacer.
Yoko volvió a decir que no con la cabeza.
—Come algo, mujer. No tienes buena cara.
—No tengo hambre —respondió Yoko con indiferencia. Hundió los hombros y se pasó los dedos por el corto pelo oscuro—. Es que no puedo creerlo —dijo con un hilo de voz.
—Yoko... —Becky estiró un brazo impulsivamente, pero Yoko lo rehuyó.
Estaba como ida; evitaba el contacto, la conversación, Su madre había pensado que quizá fuera buena idea que volviera a la isla, mientras se hacían los preparativos del funeral de Faye. Vistos los resultados, Rebecca no estaba segura Lo único que parecía capaz de hacer era perderse mirando al mar.
Freen había dicho que cada cual superaba las impresiones y el sufrimiento a su manera. Pero Becky no lo soportaba. Se desesperaba por encontrar la manera de consolarla.
—Voy a preparar té para las dos —dijo, y entró en la casa cojeando.
Echaba de menos a Freen: ella sabía qué hacer cuando a Yoko se le olvidaba ir a la cama o cepillarse el pelo. Había pasado por una situación semejante en una ocasión, le había comentado como a la ligera, en un tono que indicaba que no tenía intenciones de añadir nada más.
Siguió pensando en Freen mientras colocaba la tetera y las tazas en una bandeja. Desde aquella tarde de lágrimas, se había portado con tanta dulzura y cariño... Iban a pasear o a nadar juntas, y hablaban durante horas del accidente de Becky y de sus planes para el futuro. Freen la ayudaba a cumplir el programa de ejercicios obligándola a hacer ese pequeño esfuerzo adicional que ella sola no habría hecho.
Y, sin embargo, tenía la impresión de no conocerla apenas, pues casi no hablaba de sí misma. No le importaba contar detalles de los sitios que conocía, o las cosas que había hecho y anécdotas divertidas de su vida en Bangkok, pero se retraía a la hora de las preguntas personales.
Había conseguido sacarle alguna información. Tenía una hermana casada en Chiang Mai y sus padres, tailandeses, vivían retirados en Phuket. Su familia sabía que era lesbiana, pero a ellos no les había supuesto ningún problema. Tenía un lujoso piso en un lugar llamado Sukhumvit y vivía sola. Decía que era más fácil, aunque no explicó por qué.
En algunos momentos, le habría gustado mucho preguntarle por lo que no contaba, pero Freen siempre ciaba la impresión de ser tan abierta y natural que Becky empezó a pensar si no sería cosa de su propia imaginación. Físicamente ocurría igual. Freen era afectuosa y asequible. Se tomaban de la mano y se abrazaban como amigas íntimas. Sin embargo, Becky seguía insatisfecha e irritable sin saber por qué. A veces, lo único que deseaba era recuperar a la Freen insinuante de antes. Quería que la tumbase en la cama, que le arrancara la ropa y que le hiciera el amor durante horas.
No entendía por qué no dormían juntas. Ella le había dado a entender claramente que lo deseaba, pero Freen no parecía tener interés, simplemente. Quizá ya no la encontrara atractiva en ese sentido, pensó con abatimiento. Por Faye, quizá.
Necesitaba a alguien con quien hablar de todo eso, pero sólo estaba Yoko, y no era un tema de conversación apropiado, dadas las circunstancias. Además, ¿cómo podía pensar en el sexo en semejante situación? Avergonzada de sí misma, levantó la bandeja y la sostuvo con cuidado compensando el desequilibrio de sus pasos.
Yoko seguía mirando a la bahía, tan concentrada y absorta que incluso Becky se puso a escuchar con la esperanza de oír el zumbido ahogado del Dominie, y a otear el horizonte en busca de un destello plateado. A veces se le olvidaba que Faye no volvería nunca más.
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Más Allá de la Isla // FREENBECKY
FanficRebecca Armstrong, estrella de natación y promesa olímpica, resulta gravemente herida en un accidente de trafico que ella misma ha provocado. El efecto es devastador para su carrera, cuerpo y mente. Escapar lejos de sus padres y de los medios de co...