Capitulo 6 (Becky)

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Corro por el campo, el sudor gotea por mi espalda mientras las luces brillan sobre mi cabeza. La multitud en las gradas vitorea o grita órdenes ininteligibles como si lo pudieran hacer mejor si estuvieran aquí. Patinando hasta detenerme, doy la vuelta, encuentro a Freen y golpeo el césped con el bastón dos veces.
—¡Aquí! —grito.
Ella me mira a los ojos, ambas jadeando, y en su lugar le lanza la pelota a Ruby Ingram. Aprieto el puño alrededor del palo, aprieto los dientes y observo durante dos segundos antes de que la puta Ruby pierda la pelota, y el otro equipo acelere por el campo hacia nuestra meta con su premio. Maldita sea, Freen.
Me lanzo detrás de la pelota, lanzándole una mirada fulminante antes de pasar corriendo. ¿Cuál es su problema? Quiere ganar, ¿no es así? ¿Cree que esto me hace quedar mal a mí? No. Es su culpa.

La atacante pasa la pelota, pero yo corro hacia arriba, la recojo y giro, lanzándola hacia Amy. Ella corre, todas cambian de dirección, y yo corro tras ella, clavando mis talones y en guardia mientras veo que la pelota va hacia Krisjen, quien duda demasiado.
—¡Krisjen! —ladro. Sus ojos nerviosos se vuelven hacia mí y mueve su bastón, muy feliz de deshacerse de la maldita cosa. La atrapo, corro, me desvío y disparo. La pelota golpea la red, la portera no puede reaccionar lo suficientemente rápido.
—¡Síííííííí! —Escucho a mis hermanos rugir desde las gradas entre silbidos. Pero no estoy feliz. Camino hacia Freen, golpeando mi hombro contra el de ella mientras otras corren a nuestro alrededor.
Deja de joder —gruño al pasar.
—¿Qué? —se burla
—.Me encanta verte mover el culo, eso es todo.

Sí, claro. Su cola de caballo rebota mientras corre hacia adelante, y casi desearía que Coomer me sentara en el banco. Es increíble lo rápido que Freen puede agotar mi motivación. Krisjen le pasa la pelota y ella la atrapa, corriendo hacia mí. Retrocedo, sosteniendo mi bastón, lista para atrapar, pero ella dispara por encima de mi cabeza. Mercedes Perón va por ella, pero una jugadora de Eagle la tira al suelo. La pelota rueda. Le disparo dagas a Freen. La voy a matar. Ella está saboteando esto a propósito. Tratando de demostrar que nadie me necesita.

Pero en ese momento, Freen se quita las gafas, se seca el sudor de la frente y parece todo menos complacida consigo misma.
—¡Sarocha! —grita la entrenadora , pero Freen se niega a hacer contacto visual.
Mercedes extiende sus manos, interrogando a Freen.
Pensé que se la estaba pasando a Armstrong.
—Solo cállate —espeta Freen.
Las mediocampistas se involucran y Amy toma la pelota, buscando a Freen, pero yo me apresuro justo cuando ella la dispara, agarrándola con mi palo y derribando a Freen al suelo. Ni siquiera miro hacia abajo para ver su reacción, y no me importa si me meto en problemas. No voy a dejar que arruine esto.

Corriendo por el campo, se la paso a Amy, quien se la pasa a Lena Marcus, quien dispara y anota. Sonrío, retrocediendo y lista para que la pelota vuelva a entrar en juego. Pero cuando miro hacia atrás, Freen está en el lateral, y Coomer está dándole una buena reprimenda. Freen está ahí parada, con su barbilla desafiante y severa como siempre, y Megan está cerca de ellos, mirándome y reprimiendo su sonrisa. Aunque yo ya no sonrío. Freen no está mirando a la entrenadora. Ella me está mirando a mí, su respiración es tranquila como si le importara una mierda.
¿Por qué está haciendo esto? ¿Qué quiere?

No tengo tiempo para reflexionar demasiado, porque la jugada comienza de nuevo y es pisar el pedal a fondo durante los últimos veinte minutos del juego. Freen vuelve a entrar, evitándome de nuevo e ignorando a la entrenadora, corriendo con la pelota hacia la portería y asegurando nuestra victoria en once sobre cinco.
Sin embargo, no tengo ganas de celebrar. Solo quiero salir de aquí y marcharme. Agarrando mi mierda, camino hacia el estacionamiento, sin quedarme para la pequeña charla de la entrenadora después del juego y veo a Trace trotar hacia mí justo antes de levantarme en sus brazos.
—¡Be-cky! —grita
—.¡Mi perra! ¡Cuatro goles!
Y a pesar de mi enojo, me río mientras me balancea. Me deja en el suelo e Iron me abraza.
Felicitaciones, chiqui.
—Gracias.

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