Capítulo Narrado 1

14 4 0
                                    

Había terminado de salir de clases de mates, cuanto odiaba la asignatura. Me dirigía hacia mi casillero con la ilusión de encontrar otra carta o algo.

Desde que empezaron a dejarme cartas mi ánimo mejoró mucho. Los últimos días estaba decaída, triste, me sorprendió que alguien se diera cuenta de eso, intentaba fingir lo mejor posible para que nadie se diera cuenta.

Mi abuelo enfermó y estaba en el hospital, su estado de salud era muy delicado. Los doctores dijeron que a lo mejor podía ponerse bien, pero era depende del tratamiento.

Era muy cercana a él, siempre intentaba pasar por su casa y verlo. Desde que mi abuela murió, él se había quedado solo. Muchas veces mis padres le dijeron que viniera y se quedara con nosotros, pero él nunca aceptó.

Gracias a las cartas tenía algo en que distraerme y me emocionaba ir al casillero y encontrar alguna.

- Vamos al parque hoy.

- No creo que pueda estar mucho rato.

- Por favor, hace tiempo no salimos - Camila estaba haciendo pucheros para que Brenda fuera.

Las chicas estaban hablando junto a mi, pero no les di tanta importancia, solo quería abrir el casillero de una vez por todas.

Lo abrí y justo como quería, ahí estaba la carta, limpia como siempre y con un aroma a lilas.

- ¿Eso es otra carta? -dice Brenda mirando al sobre de mis manos.

- ¿Qué dice? - Camila me había arrebatado el sobre y ya lo estaba abriendo para leerlo.

- Ni se te ocurra - le digo cogiendo de nuevo la carta - la voy a leer en mi casa.

- Aburrida - me dice cruzándose de brazos.

- Cami, no seas así con ella - dice Brenda defendiéndome.

Camila rueda los ojos, sabía que sino le contaba lo que decía me iba a estar preguntando cada minuto.

La verdad no quería contárselo, por más que fuera mi amiga, era un poco ida de lengua y quería que lo de las cartas nadie lo supiera, así si alguien me preguntaba sabría que era esa persona.

- Me voy a casa - digo y me despido de ellas con un beso en el cachete.

Las dos me miraron algo extrañadas, a lo mejor era porque no pasaba tanto tiempo con ellas últimamente.

Nadie sabía que mi abuelo estaba hospitalizado y que tenía un estado grave, no quería que la gente me viera con lástima o que me preguntaran cada minuto por eso.

Estuve pensando en todo el camino de regreso que podría decir la carta, casi siempre era algo que me dejaba sonriendo. En un principio pensé que podía ser alguna loca de la escuela molestando pero después supe que no, que era alguien que se había preocupado por mi y eso me parecía super tierno.

Llegué a casa y fui al cuarto, mis padres estaban en el hospital así que me encontraba sola.

Abrí la carta:

Para:
Mi bichito:

Siempre te veo preguntando a tus amigos que si te pareces a algún bicho o algo, ellos obviamente te dicen que no o te preguntan por qué lo dices.
Lo de bichito te lo dejo de tarea para la semana que viene, sino lo descubres tendré que decírtelo.

De:
Tu protectora desde las sombras.

Eso era cierto, desde que recibí las cartas les preguntaba a todos por ese apodo, pero nadie me sabe decir.

La pregunta es ¿Cómo ella sabe eso? ¿Acaso me espiaba?

Cada carta me deja la misma sensación, una sensación de tranquilidad. Es como si alguien se diera cuenta que ando mal y me dijera que todo estará bien.

Si quiere que descubra lo que se esconde detrás del apodo, tendré que saber quién es la persona que se esconde bajo el seudónimo de: Protectora de las sombras.

No iba a estar nada facil esa tarea, pero si tenía mucha curiosidad de descubrirlo. Tenía varias pistas para eso.

Me levanté de la silla dónde estaba y fui a buscar una libreta, me encontraba dispuesta a descubrir su identidad.

Saqué una libreta de uno de los cajones del escritorio y me senté a escribir.

Pistas para descubrir al remitente de las cartas:

1. Es una chica
2. Está en mi escuela, en el mismo año que yo.
3. Su letra es bonita, curiosa y cursiva.
4. Me dice bichito.
5. Tenemos 2 clases compartidas: Historia y Biología.
6. Me conoce muy bien.

Cartas de despedida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora