Sentía el frío del agua por todo mi cuerpo mientras era golpeado por miles de piedras cuando trataba de nadar a la superficie, me dolía los pulmones tratando de respirar aun cuando el agua invadía cada uno de ellos, mis ojos se cerraban hasta que deje de sentir y en lo único que pensaba en ese momento era en... mi. Sí, estaba bien. Si estaba en la orilla y no en el fondo del río, me daba miedo que sufriera; de repente desperté viendo mucha luz, tanta luz que me cegaba y luego una sombra negra, tan negra como la noche. Odia la oscuridad, le tenía miedo a lo que ahí podría ver. Mi abuela decía que en la oscuridad estaban las almas perdidas esperando cruzar el umbral, no entendía a qué se refería, aun así, me sentía atraído por esa sombra, mis pies se empezaron a mover solo dirigiéndose a ella.
— ¡Dylan! — esa soy, Leila. Estaba conmigo en el río.
Me vi en la orilla del río tosiendo agua por todos lados, sin entender nada, hasta que vi al hombre de negro; después me vi corriendo; corría y corría. Mi propia voz me gritaba que corriera, que no me detuviera.
— Espera, estoy...
—*—
Me desperté cayéndome del sofá de la sala de descanso del hospital, y dolió. Observe todo a mi alrededor, no había rio, ni bosques, ni hombres de negro ni a Dylan. Todo había sido una pesadilla, una vez más, no sabía de donde venían esos sueños en los últimos meses, pero fue extraño.
Me pregunto si ¿Dylan, también recordara algo o me habrá olvidado?
— ¿Qué haces tirada en el piso? — escuché la voz de Raúl mirándome desde arriba, tapando mi visión.
— Es mejor que el mueble, tal vez las ideas me lleguen mejor.
— La mugre es lo que te va a invadir el cerebro. Párate de ahí.
Me ofrece su mano y me levanta con un solo movimiento.
— ¿Estabas durmiendo en esa incomodidad, antes de irte a casa? — me dirijo hacia la mesa a servirme un café mientras él recoge sus pertenencias.
— Me quede dormida sin darme cuenta. — Últimamente, me quedaba dormida en todos lados, el agotamiento me está pasando factura.
Teníamos trabajando una semana sin parar, parece que el mundo estuviera en caos, heridos y revueltas por todos lados, y cuando me tocaba descansar, estaba practicando intensamente como me lo pidió el abuelo, si no estaba con Samantha o Aitana. Mis dos nuevas amigas, extrañas, llenas de energía y con mucho que decir.
— Debes descansar, chica poderosa, no puedes correr el riesgo de enfermarte y dejarme sin compañera de guardia.
— Eso no va a suceder. —Sonreí. —No podrás deshacerte de mí.
— Eso espero. — se sienta a mi lado — me preocupas. Desde que te desmayaste en medio de la calle para luego despertar y ayudar a un paciente a llevar al hospital te ves débil, ojerosa y cansada; tú no eres así.
— He seguido las indicaciones del médico, estoy bien. No tienes por qué preocuparte tanto.
— Te desmayaste en medio de la nada, y aún no me dices la razón, por lo tanto, asumo que no estás bien.
— No hay que exagerar, me he excedido mucho en el trabajo y otras cosas, por eso estoy débil.
¿Cómo le iba a decir que la razón de mi desmayo ni yo misma la entiendo? No era común decirle a alguien: "Estaba por la calle, sentí un escalofrío, la voz de un hombre me apuñaló el cerebro y cuando lo quise silenciar, me golpeó con una luz oscura que me hizo ver chispas negras y blancas a mi alrededor, haciéndome sentir invadida". Eso era motivo de psicólogo con medicación urgente.
![](https://img.wattpad.com/cover/367574608-288-k766171.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Deathwhisper
FantasyEn una pequeña ciudad donde la muerte parece no existir, Leila es un secreto bien guardado. Dotada de un poder envidiable, pero peligroso que solo conoce ella. Hasta que sus acciones, aunque bienintencionadas, empiezan a debilitar el delicado equili...