╰▸ ֢֢ ׂ𓋲⭒𝙇𝙖 𝘿𝙞𝙨𝙩𝙖𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙀𝙣𝙩𝙧𝙚 𝙉𝙤𝙨𝙤𝙩𝙧𝙤𝙨𝆹𝅥「𝐑𝐮𝐬𝐀𝐦𝐞」

▿I Cᴀɴ'ᴛ Hᴀɴᴅʟᴇ Cʜᴀɴɢᴇ▿

Despertó, lamentablemente.

El sonido de su alarma lo arrancó de su sueño de golpe, casi como si le hubieran dado una bofetada. De mala gana, tomó el despertador y lo arrojó a la ventana sin ningún remordimiento, luego volvió a tirarse entre las sábanas y almohadas. Para su desdicha, no pudo volver a dormir pese a la pesadez abrumadora que hay en su cuerpo.

Sin muchos ánimos, encendió su teléfono y se sumergió en el océano de banalidades de las redes sociales. Los vídeos y las imágenes que se muestran ante él son insustanciales, una mera distracción que le hace apagar el cerebro; es una forma de silenciar la mente, de evitar pensar demasiado, de escapar.

Después de estar un gran rato sin hacer nada en la cama, se obligó a levantarse con un suspiro irritado. Luchando contra la gravedad, caminó hacia el baño arrastrando los pies. No lo juzguen, él quería seguir estando en su cómoda cama y no moverse de ahí hasta diciembre.

Ya saben, los deseos de un adulto responsable.

Miró su reflejo en el gran espejo del baño, pero no le gustó lo que encontró ahí, así que apartó la mirada y lavó su rostro con agua fría.

Su rutina de higiene diaria transcurrió con la monotonía habitual, se vistió con la misma falta de entusiasmo que antes, para después ir a desayunar. El desayuno fue un simple tazón de avena insípida, acompañado de un montón de supresores y una taza de café.

Se puso los parches aromáticos en el cuello y salió de su departamento. Hoy tiene una reunión con ONU en Colombia, tendrá un viaje largo que al menos le permitirá dormir unas horas más. Sabe que debería preparar el tema del que hablará en la junta, sin embargo, decidió postergarlo, confiando en su habilidad para memorizar datos a última hora. ¿Qué tan difícil podría ser aprenderse un par de cosas?

Se arrepiente demasiado de su decisión; resulta que si es muy difícil aprenderse ese par de cosas.

Justo en estos momentos camina apresuradamente por los pasillos del edificio, con la mente revuelta en el nerviosismo y ansiedad, mientras la presión lo oprime como una inmensa roca sobre su espalda. ¿A dónde se dirige? Ni él lo sabe, su mente hace cosas extrañas cuando entra en pánico.

ONU les ha concedido un receso en medio de la junta, y él lo aprovechó para estudiar lo que había procrastinado. Su máxima atención está fija en los papeles que sostiene, sus ojos se mueven frenéticamente, escudriñando cada párrafo con desesperación.

Lleva puestos sus anteojos para la lectura y murmura en voz baja mientras avanza, sin prestar atención al camino por delante. En su distracción e irresponsabilidad, su pie se topo con el vacío de una escalera, y en un instante, su mundo se vino abajo literalmente. Cayó por las escaleras, las hojas en sus manos volaron y se esparcieron por todo el pasillo. El dolor que sintió después fue inmediato y punzante, y se quedó en el suelo, lamentándose.