Capítulo 1.

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El ambiente estaba algo borroso, los ojos que veían los sucesos a su alrededor no podían terminar de anteponerse ante los borrones del ambiente, más las voces de los pokémon que estaban a su alrededor eran claras y quien las escuchaba podía sentir que les conocía aunque no sabía quienes eran.

—Tu trabajo es muy simple —explicaba una voz profunda y seria de un pokemon masculino—. Debes infiltrarse en el palacio del norte y asesinar al rey a sangre fría.

—Pero, señor... Eso no es honorable —rechistó con lo que él pensaba era su voz.

—No me importa si es deshonroso o no, solo mata a ese maldito sin importar que...

En ese momento el ambiente nebuloso fue cambiado por la visual de un techo con colores cálidos. El samurott de Hisui se encontraba sobre una cama bastante cómoda a lo que él sentía que estaba acostumbrado. Vio a ambos lados y noto un vaso con agua en una mesita de noche, más el cuarto estaba vacío en cuanto a compañía se tratase. En eso, con dificultad, el herido pokemon se sentó en la cama notando con vergüenza que no tenía ninguna prenda tapándole, cosa que le hizo apurar demasiado ya que lo consideraba deshonroso, ¿quien le había visto en toda su gloria? A veces pensaba con vergüenza.

El Samurrot, sin levantarse de la cama, terminó de ver alrededor notando un calentador, sus espadas al frente de la cama y no podía ver sus ropas por ningún sitio. Intentó mover sus pies, y se sorprendió al notar que podía moverse tranquilamente ya que por su mente pensó que tal vez lo habían atrapado y podían haberlo esposado por los tobillos a la cama.

—¿Dónde estoy? —preguntó al aire y suspirando pesadamente. El Samurott quiso hacer memoria en su cabeza, pero no podía recordar mucho más allá de su nombre y algunos datos personales.

De repente, la puerta de la habitación se abre lentamente dejando ver a Urias con otro bajo de agua y un poco de comida.

—Ya despertaste, que bien —dijo el profesor poniendo la comida y el agua en la mesita de noche y acercándose al invitado inesperado —. Disculpa si te son incómodos los vendajes, no quisieron atenderte en el centro pokemon y solo me dieron los materiales para hacerlo yo mismo. Parece que te diste un fuerte golpe en la cabeza, eres bastante resistente.

El Samurott llevó una de sus manos a la cabeza notando un vendaje en la misma, al hacerlo sintió un poco de dolor, lo que hizo que tuviera más cuidado.

—Le agradezco su ayuda —agradeció el herido intentando hacer una pequeña reverencia manteniéndose sentado en la cama—. Aunque no entiendo, ¿no se supone que los centros pokémon deben ayudar a todos los pokemon?

—Si, bueno, me dieron las medicinas, pero los doctores tuvieron miedo de que despertaras y los destajaras vivos —explicó el Urshifu tomando el vaso con el agua vieja obviamente haciendo un recambio—. Ya fueron quince años de la guerra, pero ustedes, los Samurotts de Hisui, tienen muy mala fama.

—¿Mala fama? ¿Por qué? —contestó mientras en su rostro se mostraba la clara sombra de la incertidumbre. Urias lo vio asombrado, efectivamente el Samurott no recordaba ciertas cosas.

—¿Sabes tu nombre? —indagó Urias sentándose al borde de la cama para estar un poco más cómodo.

—Saito... Saito... ummmm —contestó el herido, aunque no se podía saber mucho de su apellido ya que parecía no recordarlo.

—Está bien, Saito. No te esfuerces tanto, apenas acabas de despertar. Cuando llegaste a las orillas del río con el golpe en la cabeza apenas tenias signos vitales estables. Tu ropa está limpia y se está secando, por cierto. Te la tuve que quitar porque estaba empapada y te faltaba calor corporal, que bueno que tenía este calentador que usó en los inviernos helados, estabas demasiado pálido —sonrió el Urshifu, pero noto que su acompañante quito la mirada con vergüenza de él y luego la bajo sintiendo que había herido su honor—. ¡Oye, no te sientas mal! Hay que pensar un poco en tu salud antes que en tus principios, ¿sabes?

—Lo entiendo, no estoy molesto, señor. Solo me es un poco vergonzoso —explicó Saito, volviendo su mirada a su rescatista con un leve sonrojo en su rostro.

—Si gustas, puedes llamarme Urias, y tranquilo, no le diré a nadie esto, ¿está bien? —Urias se puso de pie, dejando la cama, y se dirigió a la puerta principal de la habitación —. Descansa un poco más, ¿ok? Come algo, duerme un poco, tu ropas ya casi están secas, te las dejaré por ahí para que puedas salir.

—Se lo agradezco profundamente, Urias —Saito se acuesta empieza a comer lo que el Urshifu le había preparado y al hacerlo se sentía un poco más enérgico a pesar de ser sólo bayas con algo de agua.

Urias, por su parte, salió del cuarto, el dojo estaba vacío ya que pidió a sus estudiantes irse hasta nuevo aviso en caso de que el forastero fuera una amenaza real.

—La espada a la cual se aferraba cuando lo encontraron—pensaba para sí mismo mientras andaba con dirección al patio—. La espada estaba afilada y desgastada, ese Samurott debe saber usarla muy bien y por las marcas no la usa precisamente con objetos inertes... ¿Debería dejarlo aquí? El tipo ni se acuerda de su apellido, ¿como dejarlo a manos de un pueblo que le va a temer y detestar? Ni siquiera recuerda las atrocidades de la guerra que, por su edad, debía haber participado.

Urias suspiró notando con pesadez inmerso en sus sentimientos. Llegó al patio y notó que las ropas del viajero ya estaban secas por el hermoso y caluroso día de verano en que se encontraban. Urias noto que en el bolsillo del pantalon había algo duro y pesado, pero él no quiso revisar las pertenencias del Samurrot por privacidad. Se dispuso a doblarlos y luego entró al cuarto donde encontró los platos vacíos y al forastero profundamente dormido. Urias puso las ropas en la parte baja de la cama, cerca de los pies del herido, y luego tomo la taza y los platos sucios, no sin antes tapar un poco mejor Saito y apagar el calefactor al notar que el Samurott habia tomado un poco mas de color en la piel de como lo encontro.

—Por Arceus, espero hacer lo correcto con esto... —soltó el Urshifu en voz baja—. Lo dejaré quedarse aquí un tiempo a ver si recupera un poco la memoria. ¿Qué de malo podría pasar?

[PokeHistory] El oscuro arte del amor prohibido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora