La pesadilla interminable de Jaune

Capítulo 49

Nota del Traductor: Este capítulo me dio flojera traducir, lo siento.

Nota previa: Sniff, estoy muy feliz, un robot porno está siguiendo mi tumblr. Debe haber una medalla o un hito para eso.

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"Apaga la alarma." Yang gimió, finalmente pudo dormir un poco después de una docena de pesadillas. Enterrando su rostro en la almohada cuando un rayo de luz le hizo cosquillas en los ojos. 'Esperar. Duermo en la litera de arriba.

Apartando su rostro de las cómodas garras de su almohada, frunció el ceño ante la vida que la rodeaba. Jaune estaba en la cocina con Violet a cuestas mientras él calentaba té en una tetera. Ren estaba siguiendo su rutina matutina, haciendo algo de yoga. Todos los demás estaban escondidos bajo las sábanas. Pyrrha saca la mano de su capullo, un aura metálica gris entrando y saliendo de la vida alrededor del despertador.

"Oh, sí, es cierto, nos quedamos dormidos". Yang murmuró entre bostezos, hundiendo su rostro en la almohada mientras los recuerdos del ayer pasaban por su mente. Desde el tren, luchando contra el pequeño engreído que le pateó el trasero, la imagen borrosa que vino después, antes de estrellarse en la habitación de JNPR, ver una película y dormir.

Un gemido retumbó a través de ella al saber que no podría volver a dormir. No con la mierda del ayer grabada en su mente. Rascándose el trasero, reprimió otro bostezo antes de gemir y levantarse de la cama. Cualquiera disfruta y quiere pasar cinco minutos más bajo la manta tirada a un lado. Levantándose y estirándose, olvidó momentáneamente que no estaba en su dormitorio y que había dormido sólo con sus bragas hasta que Violet gritó "¡Indecente!". con un resoplido.

"¿Qué? ¿Nunca antes habías visto un par tan bueno como estos?" Yang bromeó descaradamente. La sonrisa se rompió cuando se le escapó otro bostezo. Jaune y Ren solo lanzaron a sus cachorros dos miradas curiosas antes de volver a lo que estaban haciendo. "Oye, ¿nada? ¿Ni un sonrojo, ni un tartamudeo, miradas disimuladas, nada?" Bromeó Yang, más curioso que herido o ofendido.

"Crecí con siete hermanas". Respondió Jaune, dándole la mirada más fija posible. "Hice un berrinche, o al menos lloré, cuando no me llegó la regla. Sin saber que era físicamente imposible para mí hacerlo".

Resoplando, Yang tuvo que luchar para no estallar en carcajadas. Podía verlo claro como el día. El pequeño bebé Jaune con su mameluco llorando a sus padres.

"Así que discúlpame. Aunque tienes un... pecho abundante , Yang. No quiero decir insensible, pero me he acostumbrado más a ver pechos que a asustarme. Sin mencionar que esto es más accidental que sexy o seductor". . Te ves como una mierda." Terminó Jaune, sirviendo el té en algunas tazas. Ni siquiera echar un vistazo furtivo.

Dirigiéndose a Ren, el hombre en cuestión sólo asintió sabiamente. "Nora."

"Sabes qué, justo". Yang asintió en señal de aceptación. Nora ya era un comodín que vivía al doscientos por ciento. Ni siquiera podía empezar a imaginar cómo era cuando era más joven. Buscando algo con qué cubrirse, se encogió de hombros antes de ponerse una de las camisas más viejas de Jaune. Rápidamente se dio cuenta de lo apretado que le quedaba alrededor de los hombros. Haciéndola preguntarse durante medio segundo si debería dejar las tetas libres.

"Entonces, ¿qué estás haciendo?" Preguntó, entablando una conversación ociosa. Puede que Jaune y Ren disfrutaran trabajando en silencio, pero ella lo odiaba. Si bien no era exactamente una chismosa, disfrutaba conversar. Que mantuviera su mente ocupada era sólo una ventaja adicional. "¿Dónde está la pequeña señorita adulta? Aurora nunca parece alejarse de tu lado". Preguntó, apoyándose en el mostrador, mirando con curiosidad mientras Jaune cortaba hierbas y las molía antes de agregarlas a un matraz de agua.