Capítulo 8

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Tras una semana, las cosas estaban tensas, pues Wilbur no dejaba de visitarme en el trabajo todos los días, esto ya lo hacía antes, la diferencia es que se quedaba más tiempo en la oficina. Missa y Tubbo lo amaban, el chico era tan atento que siempre se ofrecía a traer el café o comida para los tres. Digo, no es como que eso fuera malo, solo... me gustaba tener mi espacio.


- Eres lo mejor que nos ha pasado, Wilbur. – Missa mastica su dona.

- ¿De qué hablas? Por mí tienes trabajo, pendejo. – Lo miro con los ojos entrecerrados.

- Sin ofender señor Quackity, pero jamás había descansado tanto como esta semana. – Tubbo dice sonriente.

- Ruedo los ojos. – No es para tanto.

- No hay de que, chicos, sólo quiero asegurarme de que Big Q esté bien. – Les responde con una gran sonrisa en su rostro.

- No tienes por qué, debes de seguir escribiendo con Cellbit, ¿no? – Juego con mi dona sin morderla. – Estoy bien, gracias por preocuparte. – Me apresuro a decir para evitar un malentendido.

- C está con Roier paseando con sus amigos. – Se encoge de hombros. – No tengo qué hacer.

- Tal vez podrías ir con ellos y conocer a mis demás amigos. – Sonrío un tanto forzado al verlo pasearse por mi oficina mientras tocaba todo. Odiaba que vieran mis cosas.

- Don't you want me to wait for you?

- No, no te preocupes, no me gusta que estes aquí y te aburras. – Bebo de mi café. – Nos vemos en la fiesta en la noche.

- Fine... see you later, love. – Camina hasta mí y me besa la mejilla.

- Nos vemos, Wil. – Se despide Missa y Tubbo agita su mano en forma de despedida.

- Bye, guys. – Volteo hacia el espejo a lado mío y veo su reflejo en la puerta, yo pensaba que era una compra innecesaria, pero Roier insistió en comprar el maldito objeto para decorar mi despacho, en fin. Wilbur no tarda en salir y mis compañeros me ven con atención, aunque Missa le pide a Tubbo dejarnos a solas.

- ¿Qué fue eso, Quackity? – Pregunta sin más, pensaba en desviar el tema, sin embargo, sabía que no podría escapar de él.

- Nada, sólo no quería que estuviera aquí sin hacer nada. – Evito su mirada.

- Ajá, ¿crees que yo nací ayer, pendejo? – Me da un golpe en el brazo con su dona.

- Me quejo y sobo la zona viéndolo mal. - No dije nada, pero puedes creerme si quieres.

- Roier tenía razón. – Suspira de forma dramática. – Y yo que confié en ti...

- ¿Roier? Últimamente ustedes dos se hablan mucho, ¿no?

- ¿Qué tiene? Nos preocupamos por ti.

- No tienen por qué, además, ¿eso qué tiene que ver con que ustedes salen mucho ahora?

- ¿Eso es lo único que te preocupa? – Dice divertido. – Eres tan posesivo y celoso, Quackity.

- Como sea. – Ruedo los ojos. – Estoy bien, no tienen que pensar en mi vida o lo que hago o dejo de hacer. – Me levanto de mi asiento y tiro el vaso de café vacío.

- Deja de estar a la defensiva. – Lo escucho decir con su tono aún más burlón.

- No estoy haciendo nada, ahora déjame trabajar que tengo muchas cosas que hacer. – Regreso a mi silla y miro mis papeles sin prestarle más atención.

Fan of Mine - Luckity/Spreeckity/TNTDuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora