Capítulo 5

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Después de la cena, mi amigo y su novio salieron de su escondite y nos sentamos a comer. Cellbit no paraba de comer y alabar el sazón de mi amigo, era de esperarse, su comida es la mejor del mundo. Y, hablo en serio cuando digo que sabe cocinar, ese chico puede ver la receta de internet y le queda mil veces mejor. Es por esto que no cocinaba mucho estando solo, comer me daba nostalgia al no tener el sabor tan característico que Roier les daba a los platillos.

Después de la cena, mi amigo y su novio salieron de su escondite y nos sentamos a comer. Cellbit no paraba de comer y alabar el sazón de mi amigo, era de esperarse, su comida es la mejor del mundo. Y, hablo en serio cuando digo que sabe cocinar, ese chico puede ver la receta de internet y le queda mil veces mejor. Por esta razón no cocinaba mucho estando solo, comer me daba nostalgia al no tener el sabor tan característico que Roier les daba a los platillos.

A decir verdad, todo mi rutina me recordaba a él. Mis mañanas comenzaban con el olor a café y él cocinando el desayuno para ambos, además de prepararme un "lunch", por las tardes lo acompañaba a sus sesiones fotográficas o si estaba libre, caminábamos por el parque y él tomaba fotografías de lo que lo cautivara; las noches se basaban en los dos llamándoles a nuestros amigos para reunirnos en el departamento y charlar.


- No mames, Osvaldo, tú qué vas a saber de ligar. - Aldo se burla de nuestro amigo.

- ¡Cállate mono! Yo sé mucho. – Mariana le responde totalmente indignado.

- Tiene razón, tú no sabes nada de cosas románticas, mojón. – Rivers se le suma.

- Ustedes dos son unos mierdas. – Se cruza de brazos. – ¡Diles algo Roier!

- ¡Ya chamacos, dejen en paz a su hermanito! – Lo escuchamos gritar desde la cocina a lo que todos nos burlamos aún más.

- Valen para puritita madre ustedes. – Nos mira molesto. – Les estoy preguntando en serio, quiero que Charlie me acepte la cita.

- Sólo pregúntale, pendejo, ya te dije que le gustas igual. – Me acomodo mejor en el sillón. – Tú que te complicas la vida.

- ¡Es que no lo entiendes porque eres un mono!

- A ver, a ver, aquí nadie es monito o pendejo. – Roier sale de la cocina con un recipiente y lo deja sobre la mesa del comedor.

- El Osvaldo sí lo es. – Rivers se levanta del suelo y camina directo al comedor.

- Bueno, sí, pero no se lo digan que se pone todo sentimental. – Nos sonríe. – Siéntense voy por las tortillas.

- No wey, al chile, con amigos así para qué quiero enemigos. – Mariana se sienta a mi lado y comienza a servirnos refresco a todos.

- Ya wey, perdónanos, te vamos a ayudar bien. – Rivers le pasa los vasos. – Para empezar, te dijimos que no había nada malo con ustedes dos, no necesitas ser tan extravagante, así de mono te acepta.

- Es que ese es el problema, yo quiero impresionarlo, que sea especial.

- ¿Y si te ayudamos a prepararle una cena aquí así bien romántica? – Roier llega con las tortillas y las deja en el centro.

- Sí wey, el Boiler tiene razón. – Aldo toma una tortilla y se sirve fajitas de pollo. – Él ya te quiero, con una cenita lo terminas de enamorar, pa.

Fan of Mine - Luckity/Spreeckity/TNTDuoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora