Estrella Jail.

Capitulo 1.

La Cárcel Estrella es una de la más extrañas de toda América. Se caracteriza por tener una parte solo para chicas y otra solo para chicos. También tiene una vigilancia pésima, tanto que algunos/as encarcelados/as han matado a otros/as de sus compañeros/as. Santana hizo esto. A los dos años de estar en la cárcel mató a un chico que se coló en las duchas de las chicas( algo muy común ) porque intentó aprovecharse de ella y de su compañera de celda. Su pena aumento a 40 años. A los tres años de estar en la cárcel mató a una mujer que le llamó: "hija de puta". Se supone que odiaba a su madre, o eso decía ella, y que por eso la mató, pero cada vez que le decían: "hija de puta", se metía en problemas o agredía a alguien. Después de esto su pena aumento a 60 años. Santana saldría de la cártel a los 82 años, ya que, actualmente, tenía 22 años. Apenas le importaba ya que hacer o decir, total, cuando saliera de aquel lugar sin esperanza moriría sola y sin familia, sin nadie que le quisiera o eso es lo que pensaba ella.

-¿Cuántos días son ya, pequeña Tana?- Preguntó su compañera de celda.

-Perdí la cuenta de los días, pero entré con 18 putos años aquí y ahora tengo 22 años, así que 4 años metida en este puto tugurio sin salida.- Santana se acostó en su cama.

-No te preocupes, seguro que te bajan la condena, además, ya sabes, eres demasiado astuta y en el peor de los casos puedes entretenerte matando a presos.-Rose soltó una carcajada.

-Habla la que se va mañana... Ya sabes, les pueden dar por el culo, esos mamones al final me condenarían a la pena de muerte, me odian, que la verdad no se que es peor si morir o estar aquí, pero antes de desaparecer quiero divertirme un poco más, ¿sabes?-Santana se olió su traje que ya olía un poco mal.

-Bueno, yo llevo aquí 30 años por córtale los huevos a mi marido, y tu solo 4, algún día te llegará la libertad.- Rose sonrió.

-Tía, huelo a mierda.-Las dos rieron a la vez.

Santana se preguntaba que haría sin la única amiga y persona que le caía bien en toda la cárcel. Se atrevería a decir que era su madre. Rose tenía 50 años ahora y desde que Santana entró a la cárcel fue la que más la ayudó y pronto las dos se fueron protegiendo la una a la otra sin ofrecer nada a cambio. Quizás necesitaba un cambio y al fin y al cabo así era la vida de un preso, no puedes tener amigos, es un infierno a lo que te condenan y siempre salen, muertos o no, pero también hay gente que entra.

Al día siguiente, cerca de las diez de la mañana, o eso dedució Santana, dos policías entraron a llamar a Rose y le dieron dos minutos para despedirse de su compañera.

-Rose, no se que voy ha hacer en este sitio de mierda sin ti, aprovecha tu vida de fuera y respira aire de nuevo, ya nos encontraremos fuera, te buscaré aunque eso signifique que estés en una tumba.- Santana la abrazó.

-Pequeña, espero que sepas defenderte a partir de ahora, ya sabes como son los presos aquí... No te olvides de mí y gracias por esto, me alegro de haber sido tu madre durante estos cuatro años, se me han hecho más amenos gracias a ti, espero que te pongan a una buena compañera pero que no la quieras tanto como me quieres tú a mí.- Rose le dio un beso en la frente.

-No quiero volverte a ver por aquí, ¿de acuerdo?-Santana casi se emocionó.

Rose levantó el puño y Santana sonrió. Se merecía de vuelta su libertad. Dos horas después de que se fuera, Santana se quedó mirando a la cama que ocupaba la figura de Rose y miró la pared con todos los días que ella apuntó, eran mucho más que los que ella llevaba apuntados. La echaba de menos pero no sentía miedo de estar sola, amaba la soledad, Rose nunca le molestó pero Santana era malvada y muy grosera y sabia meterse rápidamente en líos. Sabia que no tardarían en meterle una nueva compañera, entraban presos todos los días casi, pero a veces entraban cada dos, tres o cuatro meses. Esperaba estar sola bastante tiempo, no quería volver a tener que empezar a llevarse bien con alguien, nadie sería como Rose.

Enseguida tuvo que bajar para salir al patio.

-Pero mirad, si es Satanás.-Un preso chilló al ver a Santana. Esta adquirió este mote al matar al primer preso dentro de la cárcel.

-Ahora se a quedado sola, su mamá Rose la a abandonado, es un nuevo cebo.-Santana enfureció al oír eso.

Se abalanzó hacia el preso que le había dicho aquello último y le agarro del cuello.

-¿Yo cebo? ¿o quizás eres tu el mío?- Un policía la agarró y la separó de aquel preso, este se quedo pasmado mirándola.

-Vamos, Satanás.- El policía se mofó de ella y esta apretó los dientes, se quedó con ganas de arrancarle el cuello.