Ambivalencia: Lemon Boy

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El británico caminaba en tranquilidad por la casa que en soledad solo le dajaba escuchar los pasos con eco. Era casi de noche, momento de cerrar las cortinas de la casa de la familia, cosa que disfrutaba hacer por la estética tan peculiar que su esposo había elegido para cada uno de sus jardines . Llevaba en aquel hogar un dia, puesto a que al fin pudo tomarse el tiempo de vijar desde su territorio hasta el de Argentina, pero por cuestiones laborales el albiceleste regrsaria algo tarde ese dia.

Cuando Argentina no estaba en casa, el británico ayudaba en pequeñas tareas del hogar y hacia de contador, para que a su esposo no le diera un ataque de pánico al ver lo números que manejaban sus hijos al mes.

Uk era un tipo algo peculiar en sus formas, desde que había contraído matrimonio con el albiceleste, incluso si era a escondidad del mundo, se había tomado muy en serio lo de actuar como un marido y padre ejemplar. Llevando un pequeño cuaderno en donde trataba de momerizar los nombres,de sus ahora, hijastros, dia con dia estudiaba la manera de crear un lazo con ellos.

De esa manera cada provincia ocupaba por lo menos dos hojas de su anotador, con nombre, descripción física y alguna curiosidad que pudo encontrar sobre ellos

Cuando argentina descubrió la peculiar manera en la que UK trataba de acercarse a sus hijos no pudo sentirse mas conmovido, por lo que le ayudó a rellenar algunos aspectos de esos hijos que aun no había visto, o que de plano evitaban cruzarse con el británico, porque si, algunos se escodian de su presencia. Otros eran directamente hostiles y por ultimo estaban los que de plano intentaban acercársele con ojos distintos a los de un hijo.

De mayor a menor, Argentina le había dado datos como, cumpleaños y unas cuantas palabras con respecto a sus personalidades y gustos. Pero el acercamiento para Uk era una cosa a aparte.

Como un obsecionado con los detalles planeaba bien como meterse en el momento indicado. Al menos quería estudiar muy a fondo antes de meter la pata y provocar más dolores de cabeza a su esposo, que ya suficiente tenía con el hijo mayor y sus terapias semanales.

Su mayor hazaña había sido crear una especie de amistad con varias de las hijas de su esposo, hablandoles de moda, ropa y maquillaje. Al menos las señoritas no eran hostiles como cuando intentó hacerle un llamado de atención a Santiago del Estero, o cuando Cordoba le gruñó por pasar nuy cerca. Sabia que ellos le tomarían mas tiempo porque según argentina "son muy desconfiados y recelosos" y se lo estaban dejando saber.

Una cosa que había descubierto a partir de las charlas con las señoritas Rio negro y su mellisa Neuquen, fue que a menudo argentina le encargaba a los hijos mayores cuidar a los recién nacidos, esto porque durante las guerras y crisis tenia que estar lejos y el estrés era mortal. Asi que estos creaban lazos mas fuertes con los hermanos que cuidaban , por ejemplo Rioja había cuidado de Santa Fe y este de Santiago del Estero. Por eso podía entender que algunos hermanos compartían sus desconfianzas con los que los habían cuidado.

Tenia la hipótesis de que los mas recelosos pasaban sus desconfianzas a sus protegidos

La mente del británico divagaba mientras daba pasos calmos por el pasillo que daba a la última ventana con cortinas abiertas. Dándose cuenta de que estaba en la entrada de las habitaciones del segundo piso. Zona donde su esposo dijo que recidian los hijos mayores en general.

Aquel hogar se organizaba en tres pisos, por lo que le había comentado su esposo, al incio era una simple casa familiar, pero a medida que la familia crecia debian ir incorporando mas habitaciones hasta el punto de que, con 25 hijos, eso era una mansión. Donde el tercer piso era para Argentina, el segundo piso para 12 hijos mayores y el primero para los 13 menores.

"___ no debería estar aquí__" se dijo a si mismo el tricolor, mirando que las seis puertas tenían sus señaladores con sus nombres. Pero su curiosidad, sumada al hecho de que estaba casi a solas en toda esa inmensa mansión, le hacían debatirse internamente si hecharles un vistazo o hacer lo que es moralmente correcto e irse.