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'The loneliest people are the kindest. The saddest people smile the brightest. The most damaged people are the wisest. All because they don't wish to see anyone suffer the way they do'.


Desde el día que vi a aquel chico misterioso seguía cuestionándome si debería acercarme a él o no.


Sienna y Callie seguían diciéndome que no, que no debería.


Pero a la semana siguiente, Sienna no acudió a clase porque estaba mala y Callie no pudo estar comigo porque tenía que hablar con un chico sobre un trabajo en el recreo.


Así que tomé mi oportunidad y lentamente me acerqué a él.


—Hola.—dije amablemente mirándolo, él estaba mirando hacia abajo, a su almuerzo que estaba situado en la mesa.


Poco a poco él levantó la cabeza para ver quién le había hablado. Me miró a los ojos y pude ver dolor a través de ellos.


Llevaba unas ojeras tremendas, y los ojos rojos. De seguro no dormía.


—¿Qué quieres?—dijo despectivamente.


—Soy nueva aquí y pues me gusta conocer a gente. —dije lo más alegre que pude. Él me echó una mirada como preguntándome si estaba hablando en serio.


—Lo sé, ¿pero es que no te han hablado de mí? No deberías estar cerca. —volvió a bajar la cabeza hacia su almuerzo.


—Sí, lo han hecho. Pero yo creo que las personas no tienen por qué ser judgadas si no las conoces. Y toda persona merece una oportunidad.


—Bueno, pues yo no. Aléjate. —dijo con rabia. Me di cuenta de que todo el mundo estaba mirando la escena.


—Quizás si...—intenté decir.


—¡He dicho que te vayas!—gritó mirándome a la cara con rabia.


No quería armar más escenas, por lo que me fui.


Pero no me iba a rendir tan fácil. Iba a averiguar que pasaba con aquel chico del cual aún no sabía el nombre.

hateful ➼ dylan o'brienDonde viven las historias. Descúbrelo ahora