parte única.

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La ironía de la situación no pasó desapercibida para Bobby Milkovich.

Allí estaba él, después de años de no pisar Southside, siendo detenido por robo y fuga justo en el momento en que puso un pie en los barrios bajos.

Usualmente, Bobby mantenía en control su instinto asesino marca Milkovich que solía meterlo en los peores de los problemas, quién conocía a su familia sabía que ellos no eran los mejores para guardar la calma pacientemente y esperar el juicio de nadie.

Pero esta vez, Bobby no creyó posible mantener el instinto asesino controlado por mucho más tiempo, no sabiendo que se encontraba tras las rejas una vez más y que esta de entre todas las veces ni siquiera fue su culpa.

—¡Cuando salgamos de aquí te mato idiota! —gritó Bobby de manera amenazante al chico que estaba llorando en el rincón de la celda y que como respuesta comenzó a llorar más fuerte.

Bobby estaba de brazos cruzados, los músculos de sus brazos tensos ante el frío infernal que hacía en esa celda, odiándose por haber desechado la chaqueta de cuero que Jones le había dado aquella tarde.

Su elección de jeans tampoco había sido la correcta, ya que se encontraban demasiado degastados, y ni siquiera quería comenzar a recordar porqué se encontraba descalzo en esos momentos, las plantas de sus pies casi más congeladas contra el pavimento.

Decir que este no era el mejor de los días para Bobby Milkovich era un eufemismo.

Se encontraba recargado contra los postes de la celda, mirando hacía el interior para no tener que concentrarse en las risas de los oficiales de policía detrás de él, tan contentos por haber finalmente atrapado a un Milkovich, esos idiotas.

Su padre lo mataría si descubre que lo arrestaron por una estupidez así, Iggy tenía permitido arrestos estúpidos pero no él.

—Oye, ya pronto estarán ambos afuera. —dijo alguien detrás de Bobby, pero el realmente no quería voltear a verlo, ya conocía esa voz y sabía las reacciones que su cuerpo tenía al ver a ese chico.

Carl Gallagher.

Después de años sin verse, de entre todas las personas Carl Gallagher tenía que arrestarlo.

La última vez que lo había visto el chico estaba vendiendo armas en los baños escolares tanto a estudiantes como profesores y ahora, un policía.

Carl Gallagher un maldito policía.

Convirtiéndose en lo que más odiabas, huh.  Pensó Bobby entre tanto.

Llevaban cuatro horas allí, sabía que los dos idiotas que lo habían animado a hacer esto ni siquiera deberían estarlo buscando, creyendo que todo habría salido perfecto.

No contaban con que habían reclutado al niño idiota más mimado y estúpido que California tenía para ofrecer.

Una mano le palmeó el hombro y Bobby logró sobresaltarse un poco, volviendo a la realidad y mirando por sobre su hombro los ojos azules de Carl Gallagher.

—¿Qué?

—Lo siento por esto, ya sabes, te lo compensaré cuando salgamos. —murmuró Carl en voz baja, sin querer que los otros oficiales puedan escuchar sus palabras.

Bobby rodó los ojos pero asintió, recordando la promesa que Carl le había hecho en el callejón aquella tarde que se reencontraron.

—Bien, avísale a tu amigo que se prepare. Volveré pronto por ustedes. —anunció Carl, finalmente soltando el hombro de Bobby el cuál finalmente logró relajarse contra los postes una vez que el castaño claro se fue.

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⏰ Última actualización: Oct 13 ⏰

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✓FUCK THE POLICE, Carl GallagherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora