02-Beso

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—¡Y esa esa fue mi rutina el día de hoy! No olviden seguirme para más consejos de estilo de vida saludable.

—Poser de mierda. —Escupió Yul desde la barra de la cocina mientras se preparaba cereales, observando a James apagar su estúpida transmisión.

—Ugh ¿Qué fue esta vez? ¿Yoga, meditación?  —Preguntó Jake aún adormilado y con en cabello revuelto, arrebatandole la leche de las manos.

—Ejercicios matutinos. —Yul le quitó de regreso la leche ya que aún no terminaba. —Junto a su desayuno fitness de "sólo té de hierbas y manzana verde."

Jake soltó la cuchara con cereales mientras observaba a Yul con incredulidad esperando que fuese una broma, no lo era.

—¿¡Cómo se atreve!? ¡Ese doble cara se traga todos los postres que hago!

—Ugh, lo sé, es un hipócrita. Si yo hago algo así soy un falso, ah, pero si lo hace él solo está "adornando" la verdad.

—No lo soporto. —Soltaron a la vez.

Ambos cruzaron miradas unos cuantos segundos, sorprendidos de coincidir en algo. Tras un breve instante de silencio intercambiaron sonrisas sombrías, teñidas de cinismo.

Oh, definitivamente lo iban a joder.

Ashley se levantó luego de una buena noche de descanso, atando su cabello en una trenza descuidada antes de bajar al primer piso para ver que tan larga era la cola para el baño, encontrando a Yul y a Jake compartiendo risitas cómplices en el sofá. Extrañada no pudo hacer más que levantar una ceja, juzgandolos con la mirada.

—¿Cómo es posible que el único momento en que usen sus cabezas sea para molestar a alguien más?... ¿Qué hicieron?

—¿Queeeeee? No tengo idea de que hablas campesina. —Yul llevó una mano a su pecho, siendo terrible para disimular su buen ánimo.

—No puedo creer que pienses así de nosotros. —Comentó Jake haciéndose el ofendido, lo que solo la hizo sospechar más.

Los hubiese seguido interrogando de no ser porque Aiden entró a la habitación. El recién llegado parecía confundido, rebuscando en cada rincón existente de aquella sala de estar.

—¿Se te perdió algo? Que raro, siempre tienes todo en su lugar. —Ashley se unió a él, viendo si podía ayudarlo a encontrar lo que buscaba.

—¿Verdad? James ya casi sale de la ducha y no encuentro mi shampoo aclarante por ningún lado... ¿De casualidad lo tomaste? —Preguntó volteando a verla ya que ella era la única otra rubia en el lugar.

—Oh no, de ninguna manera. Tienes un tono demasiado claro, tu shampoo me arruinaría por completo el... ay no.

Con horror esta giró a mirar a los chicos en el sofá que sonrieron con malicia, pero no fue capaz decir nada más ya que fue interrumpida por el grito más espantoso que hubiese oído en toda su vida. Los presentes voltearon su mirada hacia el pasillo solo para ver a James aparecer con una toalla a la cintura y los ojos fuera de sus órbitas.

Su cabello era un desastre. El shampoo lo había aclarado tres o quizás cuatro tonos, no había llegado al rubio pero si a un castaño chillón que no iba en lo absoluto con su tono de piel, parecía un teñido barato de un salón de tres pesos y algo que verías más en el miembro de una pandilla que en un influencer famoso. Yul y Jake no fueron capaces de contener las carcajadas y aunque odiase admitirlo, Ashley tampoco. 

—No puede ser... —Aiden se llevó ambas manos a la boca. —¿Cómo te confundiste de botella...?

—¡No lo hice, juro que usé el mio!

Maricón [Disventure Camp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora