04- Celos

660 50 86
                                    

No se sentía bien, nada bien.

La extraña sensación que le envolvía incluso le robaba el sueño. Ya casi no le quedaba corrector de tanto cubrir sus ojeras, pero a pesar de ser discreto, Grett no tardó en percatarse de algo extraño en su actitud, bombardeandolo con preguntas que, con total sinceridad, no sabía como responder.

Como un león enjaulado caminaba de un lado a otro en su habitación, llevaba horas despierto pero no se animaba a salir a socializar cosa que si ya le desagradaba en un inicio, ahora con este extraño sentimiento en el estómago se le hacía insufrible. No podía seguir así, necesitaba calmar sus nervios o la idea de abandonar la casa comenzaría a volverse tentadora.

"Calmar sus nervios"... No. No podía siquiera estarlo considerando, de ninguna manera iba a probarla de nuevo... pero ¿Y si esta vez...?

Maldiciendo por todo lo alto abrió el armario y sacó la maleta con la que había llegado a aquella casa, obteniendo de un pequeño bolsillo oculto una bolsa plástica transparente. En ella descansaban varios gramos de marihuana, cortesía de Kai como un regalo luego de terminar el pequeño programa que ambos realizaron juntos en internet. Se estremeció tan solo de verla, recordando su horrible primera experiencia y el infame baño de vómito, definitivamente era una pésima idea.

Se sentó en la cama y tan pronto lo hizo, fijó su vista en su pierna que no dejaba de saltar por culpa de la ansiedad. Al parecer no tenía otra opción.

Con cautela salió de su cuarto luego de guardar la droga en su bolsillo, no sin antes mirar hacia todos lados para asegurarse de no ver a Alec ni Connor a los que llevaba días evitando porque, que incómodo. Al notar el pasillo despejado bajó rápidamente las escaleras dirigiéndose hacia el jardín, frenando justo antes de salir al recordar que le hacia falta algo importante.

Dando un vistazo rápido vio en la mesa del comedor tanto a Ally como a Riya, una jugaba en su teléfono mientras que la otra se pintaba las uñas. Algo inquieto caminó hacia ellas a lo que la mayor solo suspiró, esperando algún comentario desagradable de su parte.

—Riya ¿Tienes fuego?

—Si si, aquí tienes, ahora no molestes. —La morena sacó un encendedor de su bolsillo y se lo extendió. 

—Bien, gracias.

Con cuidado tomó el mechero y abrió la puerta corrediza para salir al jardín, dejando a las presentes absolutamente conmocionadas. 

—... ¿Soy yo o Yul me agradeció sin ningún gesto grosero, insulto ni regreso sarcástico...?

—¿Estará enfermo...?

—Si lo está, debe ser terminal.

La verdad era que Yul no estaba de ánimo, tenía demasiadas cosas en cabeza las cuales esperaba prontamente poder dejar de lado. Ya estando fuera, una precaución en caso de que las drogas volviesen a darle nauseas, se sentó sobre el césped y sacó un papelillo colocando una pequeña cantidad de hierba y enrollandolo justo como había visto a Kai hacer durante comerciales. Para su sopresa lo logró a la primera así que no dudó en llevárselo a los labios y encenderlo, tomando una larga y lenta calada.

La sensación cálida era justo como la recordaba, esperaba poder prolongar ese momento de paz sin efectos secundarios... A veces envidiaba a Kai, fluir con la vida sin aspirar a nada, sin esperar nada de otros ni que nadie espere algo de ti... Nah ¿A quien engañaba? sonaba como una vida aburrida como el carajo. Aunque quizás-

—¡POLICÍA, MANOS DONDE PUEDA VERLAS SUCIA ESCORIA CRIMINAL! —La puerta del jardín fue derribada de una patada a pesar de ser corrediza Y Tom apareció como una locomotora furiosa dándole el infarto de su vida.

Maricón [Disventure Camp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora