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Cuando desperté al día siguiente me levanté e inmediatamente corrí hacia mi escritorio viendo la rosa azul en medio de este por lo que sonreí

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Cuando desperté al día siguiente me levanté e inmediatamente corrí hacia mi escritorio viendo la rosa azul en medio de este por lo que sonreí.

Tomé la carta abriendola notando las letras rusas y después tomé mi diccionario para saber que había escrito esta vez.

"Cuando te veo reír me pones loco,
A pesar de no estar contigo te sigo amando Sun."

—Yo también te sigo amando Boris —Sentí una lágrima bajarme de la mejilla y me la limpié rápidamente para después tomar aire—. Te amo como no lo imaginas.

Me acerqué a Venus acariciando su lomo ya que estaba dormida y después salí de la habitación para ducharme.

Al volver a mi habitación me vestí con una falda negra, una blusa con los hombros caídos morado oscuro y busqué entre mis zapatos otras de las botas altas qué tenía hasta que saque las que eran vino tinto para ponermelas.

Me cepillé el cabello y antes de irme llené el plato de Venus con comida para después salir de la habitación con mis lentes en mano y mi maleta sobre uno de mis hombros.

︶꒦꒷♡꒷꒦︶

Al llegar a la escuela me dirigí a mi salón llamando algunas miradas y también ignorando comentarios subidos de tono al verme, era estúpido que me quisieran hacer sentir incomoda por solo ponerme una falda.

—Hoy se te ve más bonito el cabello —aseguró Aileen al llegar sentándose a mi lado—. Lo que no es bonito es que estos simios te estén desnudando con la mirada.

—Malditos enfermos —aseguré cruzandome de brazos.

Hice un pequeño puchero al recordar que antes nunca me habían mirado de esta forma y sabía bien el por qué, era porque Boris era mi novio y sabían que si se atrevían a mirarme con lujiria iban a terminar con la cara partida.

Me recosté en mi lugar mientras Aileen me contaba de que su hermano le armó un gran escándalo por solo haberle dejado un cupcake lo que me hizo reír, en el poco tiempo que llevaba de conocerlos me caían demasiado bien.

Mis labios se separaron cuando me giré hacia la puerta y mis ojos conectaron con los de Boris. Apreté mis manos nerviosa y sintiendo un hormigueo en la planta de mis pies al verlo analizarme con la mirada y después sonreír encantado para después morderse el labio inferior dirigiéndose a su lugar.

—Sun-hee, ¿Qué tienes en el brazo? —lo miré y sonreí inocente al ver la gran línea rojiza en este—. No en digas que tu te...

—No, no me corto —interrumpí y ella suspiró aliviada—. Fue mi gata, no me reconoció cuando llegué a la casa y casi me mata.

Bittersweet Tragedy // Boris Pavlikovsky [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora