Advertencia: Masturbación y felación con menor.
••••••••••••••••••••••••••••—¿A dónde vamos papá?— preguntó Crowley nervioso.
—Espera y verás— respondió sin quitar la vista del camino.Crowley miró por la ventana las calles avanzar y hacerse cada vez más desconocidas, mientras caía en cuenta que su padre siempre le hablaba a medias y eso lo hacía sentir muy inseguro.
Se estacionaron frente a una casa antigua de dos pisos, Asmodeo llamó al citófono.
—¿Diga?— habló una voz femenina al otro lado.
—Soy el Sr Asmodeo McHell.
-—¡Oh Sr McHell, pase!Se escuchó abrirse el seguro automático, lo que les dio acceso a un pasillo pobremente iluminado, las paredes cubiertas de un papel tapiz floreado y piso de parquet. Llegaron al final y se encontraron con otra puerta, esta vez había un timbre, Asmodeo tocó y al parecer la misma mujer que les habló por el citófono, les abrió la puerta.
—Adelante Sr McHell, tanto tiempo sin verle— dijo la mujer muy alegre, su cabello era castaño rojizo y su vestuario muy colorido.
—No he tenido tiempo Tracy, las cosas en la empresa han estado duras.
—Con mayor razón necesita relajarse— le tomó el abrigo y lo dejó guardado en un armario, al volver se quedó mirando al niño pelirrojo— ¿No es este el pequeño Crowley? Pero qué grande estás.
—Ayer tuvo su primer ciclo— informó Asmodeo con orgullo.
—¡Papá!—reclamó Crowley entre dientes.Tracy sonrió.
—Entiendo, bueno, imagino entonces que busca a Rose, tiene suerte de que esté libre, ud sabe que debe pedir su cita con antelación.
Tomó al chico de la mano mientras Asmodeo tomaba asiento en un viejo sofá.
—Rose es una Beta infértil, así que no tendrás de qué preocuparte, ella es una profesional en esto, tiene mucha experiencia debutando Alfas, estás en buenas manos, mi niño.
Crowley apretó fuerte la mano de Tracy, quien le respondió con una sonrisa amable, no quiso preguntar a qué se refería con eso de "Debutando Alfas", pero lo imaginó.
La casa olía a colonia barata, cigarrillos y alcohol, pero al mismo tiempo a comida casera y lustra muebles. Pasaron por fuera de varias habitaciones, detrás de cuyas puertas cerradas se oían risas, gemidos, gritos y música. Se detuvieron frente a una de las tantas puertas.
—Escúchame— le dijo Tracy— No tengas miedo, conocemos a tu padre, es cliente frecuente, sabemos cómo manejarlo, cualquier cosa que pase él no tiene porque enterarse, está bien.
Crowley asintió, sus grandes ojos amarillos brillaban como el de un roedor aterrado.
Tracy tocó la puerta.
—Adelante— se escuchó desde el interior.
Tracy abrió la puerta revelando a Crowley, lo que estaba detrás. La habitación era pequeña y acogedora, no era como pensó que podría ser ni aunque se lo hubiese propuesto. Al medio una cama espaciosa con marco de bronce, mesitas de noche a cada lado con unas lámparas que seguro encontraron en alguna feria, una lámpara de lágrimas colgando del techo, con polvo y telarañas. Una mesita redonda con dos sillas en la cual había un cenicero y revistas porno, un sillón tapizado en colores ocre en donde estaba sentada una mujer esbelta y de largas piernas cruzadas con la gracia de una bailarina, llevaba un tocado en el cabello y una bata negra de satín y plumas.
—Pasa, no te quedes ahí— dijo la mujer del sillón, Tracy le dio un empujón al ver que Crowley se quedó parado, y cerró la puerta.
—Acércate, no te haré daño.
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Divergentes
أدب الهواة+18 Dos amigos, Aziraphale, un Omega fuera de norma, independiente y resuelto no quiere ser marcado ni menos tener hijos y Crowley, un Alfa prostituto, menospreciado por su casta por su idea de no marcar sin consentimiento, se enfrentarán a cuestion...