Planificación y ejecución

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—Disculpen la tardanza— Beelz llegó bastante agitada y más despeinada que de costumbre.
—Warlock quiso viajar con nosotros—agregó Gabriel, quien iba unos pasos más atrás, evidentemente molesto.
—¡Tío Crowley, hola!— el chico se abalanzó sobre el pelirrojo y lo abrazó por la cintura.
—¡Hey!— rio desordenando el cabello de Warlock— Me alegra verte.

Aziraphale no pudo evitar sonreír mientras veía la escena. Era evidente lo bien que se llevaba Crowley con su sobrino y lo mucho que éste quería a su tío. Fue sencillo entonces, para su cabeza extrapolar aquello a una relación de padre e hijo.

—¿Cómo te llamas?—preguntó Warlock al rubio sin soltar a su tío.
—Aziraphale— respondió con una sonrisa.
—Aahh, el novio de mi tío Crowley.

Aziraphale desvío su mirada automáticamente hacia el Alfa, ambos se vieron sin saber qué decir, pero la tensión del momento rápidamente se disipó, dando lugar a la complicidad de siempre. Porque, si bien habían compartido mucho juntos -mucho más que una pareja formal y establecida, sin duda- darle un nombre a su relación la transformaba en algo real, dejaba de ser algo etéreo; hacía tangibles esos bordes difusos y les daba esa sensación de seguridad que siempre se busca cuando se está en pareja.

Luego de que se acomodaron en una mesa, Aziraphale se encargó de presentar a Newt, el nuevo miembro del equipo, quien había estado sin decir palabra, bastante nervioso por el desconocido motivo de la reunión.

—Estoy un poco confundido, la verdad.

Hacía una semana, Aziraphale lo tomó por sorpresa en un pasillo del hospital.

—Que tengas un buen turno—le dijo de la nada, el semblante del rubio era...extraño, lo miraba fijamente y parecía que quería dar señales de algo.
—¿Gracias? Tú...también— devolvió la mirada perplejo— ¿Estás bien, Aziraphale?
—Muy bien— pero se interrumpió, se quedó congelado enmascarando cualquier emoción, cuál jugador de póquer, cuando vio a un funcionario del hospital doblar por el pasillo y caminar justo en dirección a ellos. Espero inmutable a que "el peligro" pasara caminando por el lado suyo, sin pestañear siquiera.

—¿Aziraphale? Qué pasa...
—Nada mi querido colega, espero que todo nos salga bien en el trabajo hoy— su voz era particularmente alta, como para estarle hablando a alguien que tenía en frente, más bien parecía que quería que le escucharán las personas alrededor.

Le estiró su mano derecha, ahora sin yeso de por medio, para que se la estrechara.
—Te quitaron el yeso...
—Sí, y ahora puedo dar la mano sin problema.

Newt frunció el ceño intentando descifrar qué le pasaba a su compañero, y el porque de esa frase tan salida de la nada.

Aziraphale seguía con la mano estirada, y su mirada pinponeaba entre ésta y los ojos de Newt. Finalmente, después de segundos que parecieron eternos, el dubitativo Omega estrechó aquella mano aún vacilando.

Pero cuando sintió un papel en la mano contraria, entendió todo. Sus ojos se abrieron unos milímetros más, un gesto casi imperceptible, pero que estaba repleto de asombro, Aziraphale, alzó las cejas indicándole que mantuviera la actuación. Newt, tomó el papel que el otro le estaba pasando y lo escondió disimuladamente en su bolsillo. Y sin dar más explicaciones, Aziraphale se marchó.

Newt, apenas terminó de "pasar visita" por las salas, se dirigió a un baño para poder revisar qué era ese papel. Se metió en uno de los cubículos, cerró la puerta con pestillo y sacó el papel para leerlo.

Necesito tu ayuda, mi amigo.

Próximo martes, en el café "Amapola" a las 16:00 hrs.

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