Capítulo 18: Esto lo cambia todo.

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Nota de la autora: El capítulo más largo hasta ahora. Estoy orgullosa.

Pueden tomar este capítulo como un especial, ya que es más del doble de largo que los demás.

Bakugo

Antes de irnos pasamos por la casa de los Akagi. No queríamos despedirnos del pueblo sin dar por cerrado nuestros intereses con ellos. Lo último que supieron de nosotros fue que éramos unos simples civiles, que investigaban la muerte de su hijo para desenmascarar a un anónimo.

Prometimos mantenerlos informados de cualquier cosa que su mocoso estuviera haciendo, claro, sin mencionarles el detalle de que estaba vivo y enfrentaría como mínimo la pena de muerte.

Subí las maletas al tren y entré, saboreando el progreso de partir con información entre las manos, una mente deshilada de preocupaciones y lo que menos esperaba, una nueva aliada para la batalla.

Después de la charla que pegamos ayer, decidí renombrar a “la rubia” como Takayama Yu, en vista de nuestra recién formalizada amistad.

La conversación corrió demasiado rápido. Acabé contando más de lo que quería y me quedé con mucho por decir. Takayama no me detuvo más allá de sumar una opinión breve al final de mis diálogos. En ningún momento juzgó mis palabras, dejando que mi lengua se creyera libre de soltar cualquier estupidez.

Estaba luchando por encajar en los pequeños asientos del tren, ya sea pegando mis rodillas con el asiento de enfrente. Mientras, ella se apoyaba en la ventana, tragando una de las galletas que la anciana nos embaló.

—¿Qué vamos a hacer cuando lleguemos a la ciudad?

—Yo me hago cargo desde ahora, tú no tienes nada que ver con todo esto.

—Ah, que alivio. —Pero su voz decía lo contrario, sonaba débil, faltaba la firmeza de su lado malcriado.

Le di un golpe en el hombro, intentando sacudir las palabras atascadas en su cuello. —Quédate como heroína, la actuación no es lo tuyo. ¿Ahora que tienes?

Ella apartó la vista de la ventana y giró su cuerpo hacia mí, con la cara que puso demostró que había algo devorando su cabeza.

—¿Qué pasará contigo si el villano revela su secreto una vez  sea atrapado?

—No te preocupes por eso. De todas formas, contaremos todo apenas agarremos a ese idiota. —Le aseguré, libre de nervios, reclinándome en la cabecera de mi asiento.

—¿Y tu carrera? ¿No te importa?

—No te quitan la licencia por salir del closet, y somos casi unas leyendas de héroes, nuestras carreras aguantarán la caída.

—Pero van a perder prestigio y popularidad. —Arrugaba la boca, preocupada.— Ninguna agencia va a querer saber de ustedes y sus carreras caerán en picada.

—Que importa. Ser el número uno no vale nada si tengo que besarle el culo a mis superiores. Sé que soy mejor que esa bola de idiotas. —Le aseguré acomodando mi cabeza.— Entendí muy tarde que el primer lugar nunca representó al héroe número uno, solo premiaba al perro más obediente.

La rudeza de sus gestos se apagó, pero sus cejas seguían arrugadas en su frente. —Pensé que no querían que nadie lo supiera. ¿Por qué esperaron tanto si ya estaban hartos de este secreto?

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⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

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