Capítulo 3

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"Sonríe

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"Sonríe..."

— Llevas tres días pensativo, ¿Qué pasó? — Dijo Roier tomando asiento por un lado de mí mirándome fijamente. Suspiré pesadamente y dejé sobre la mesa de centro mi celular.

— Es que...

— Es que... — Me imitó con curiosidad.

— Roier, deja que el Aldo se exprese. — Le reclamó Alex. — Síguele.

— No sé qué es lo que tiene, desde el día que la vi en el bar su mirada se clavó en mi mente...

— Con razón te las estado pasando cantando la canción de "San Lucas". — Contestó Roier recordándome las veces que me la pasaba tarareando.

— Es tan fría, seria, es una mujer elegante, sus facciones son muy armoniosas que la hacen ver perfecta... — Alex me miró algo sorprendido. Se levantó del sofá y empezó a caminar en círculos frente a mí.

— Es muy curioso que te expreses así de ella. — Dijo Roier mirándome con impresión. — Pero, ¿Cómo es eso de que es fría y seria? — Preguntó y comencé a recordar la forma en la que ella reacciona y mira a los demás.

— Es raro, porque es el tema que más tengo contemplado... —  Me miraron con curiosidad. — Creo que el chico que es mesero ahí es su amigo, porque siempre la llama "linda".

— Alto. — Me interrumpió Roier. — ¿No será su novio? — Negué con la cabeza.

— Ha eso voy. Al principio sí lo pensé, pero, ayer fue con una chica, era todo lo contrario a ella, la chica era sonriente, animada. El mesero la saludó como normalmente lo hace y al presentar ella a su amiga los dos se comenzaron a coquetear disimuladamente.

— Ah, pues entonces ella y el mesero sólo son amigos. — Contestó Alex y asentí.

— Nos perdimos del tema principal. — Dijo ahora Roier. — Volvamos al por qué dices que es fría.

— Sus facciones, el modo en el que se expresa con sus amigos. No les sonríe, pero se nota que los aprecia... Creo que ella es así, su mirada se ve cansada y seria, intimidante de algún modo... Cuando nuestras miradas se conectan es impresionante, a veces me siento mal porque me mira con indiferencia, pero, siempre hago lo posible para que ella vea que no soy alguien "malo". Me quiero acercar a ella para hablarle, pero no sé cómo hacerlo...

— Mira, Aldo. Quizá ella pasó por algún momento difícil... Intenta hablarle, acércate a ella sin llegar a hostigarla, sé amable. — Dijo Alex aconsejandome. Le sonreí y asentí.

— Haré lo posible para hablarle hoy...

— ¿Quieres que te acompañemos?, nos sentamos en otra mesa para que no sea tan incómodo. — Ofreció Roier para ayudarme.

— Se los agradecería mucho. — Contesté.

Comenzamos a elaborar nuestro "plan" para poder lograr que me acerque a ella... Estaba ansioso, asustado y algo nervioso, no sabía cómo iba a resultar esto...

[...]

Moon

Eran las diez de la mañana, me acababa de despertar y no tenía nada más qué hacer, era mi día libre y estaba relajada después de mucho tiempo de haber trabajado... Salí de mi departamento y comencé a caminar por las calles de Inglaterra, hacía mucho que no salía a admirar la belleza de mis alrededores.

Mientras caminaba tomaba fotos para después subirlas a mis redes sociales, llegué a una panadería y compré un croissant relleno de chocolate, salí y llegué a un pequeño parque, en el que no había muchas personas, sólo estaba un hombre vendiendo globos, unos niños jugando en un pequeño parque y unas parejas. Observé una pequeña mesa, fui hacia ella, tomé asiento y comencé a comer...
Me sentía en mi zona de confort, estaba algo nostálgica...

Tomé mi celular y miré si Osvaldo estaba conectado en WhatsApp, al confirmar que sí decidí llamarlo... Al primer timbre lo pude ver a través de mi pantalla, estaba cocinando.

¡Hola, mi niña bonita! — Exclamó con una sonrisa y agitando su mano de un lado a otro.

— ¡Hola, Valdo! — Saludé.

¿Cómo estás, mi niña?, te miras bien bonita. — Mis mejillas tomaron un color carmesí, pero decidí resignarme a que era el frío de la mañana.

— Estoy bien, ¿Tú cómo estás? — Vi como tomaba asiento para comenzar a comer.

Pues bien, todos los días peleando con el chaneque, pero bien.

— Me alegro mucho... De verdad que como quisiera estar allá con ustedes. — Le di un mordisco a mi croissant.

No mames, me estás antojado... — Sabía que precisamente los croissant rellenos de chocolate eran nuestros favoritos.

— Ven a Inglaterra y te compro todos los que quieras.

A mí no me digas eso he, que te tomo la palabra y agarro el primer vuelo.

— ¿Y cómo vas con los streams? — Pregunté.

Mejor que nunca, cada día crezco más en Twitch... — Dijo emocionado como niño pequeño. — De hecho, otro día que estábamos jugando yo y la Samy me preguntaron por ti, ya sabes, de ahí salió el clip ese en el que bromeé que eras mi novia. — Cuando escuché que me llamó "mi novia" mi corazón empezó a latir fuertemente...

— Oh, si lo vi, me lo mandaron mucho por Instagram...

Seguí hablando con Osvaldo toda la tarde, caminé por todos los lugares famosos de Inglaterra hablando por videollamada con él y mostrándole todo. En algunas mínimas ocasiones sonreía cortamente y él se emocionaba...
Finalizamos la llamada porque tenía que comenzar stream, a los minutos me llegaron mensajes y una foto para ver una sola vez, de parte de él. Al abrirla noté como era una imagen de donde había puesto de fondo de pantalla una foto mía detrás de un árbol color rosado, y sonriendo, él salía en su pequeña pantalla recargando su mano sobre su rostro con una sonrisa de emoción.
Salí de la foto y miré el mensaje...

"Sonríe para mí siempre, te ves preciosa..."

Reaccioné a su mensaje con un corazón y volví a guardar mi celular en el bolsillo de mi gabardina. Miré mi reloj y eran las once, así que decidí caminar hacia el bar...
Al llegar me senté en la mesa, Zack se acercó a mí y me preguntó si me traía mi pedido, a lo que negué y le dije que en un momento más... El hippie del escenario cantaba canciones viejas y yo las disfrutaba...
A los minutos él había llegado, tomó asiento en la misma mesa de siempre y volteo a verme, evité su mirada jugando con mi cabello...
Voltee hacia una esquina y estaba dos chicos... Hablaban animadamente, pero uno de ellos me parecía lejamente conocido...

Me abracé a mí misma y seguí mirando al escenario, pero no me podía concentrar, seguía pensando...
A los venite minutos una voz me interrumpió... Era él... Él me estaba llamando...

Corazón de cristal | Aldo GeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora