Capítulo 6

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"Sólo nosotros"

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"Sólo nosotros"

Las horas habían pasado, eran las 2:40 de la madrugada, Inglaterra estaba frío por el acercamiento de navidad... Las calles estaban solitarias, y eso fue algo que notaron Aldo y _____ al salir del bar. Las tiendas estaban cerradas y sólo las tiendas 24 horas eran las que estaban abiertas.

— Bueno... Creo que es hora de irme. — Dijo _____. Por primera vez sentía miedo de ir de noche por las calles...

— ¿Estás loca?, claro que no dejaré que te vayas sola. — Le contestó Aldo.

— No, no, Aldo, está bien... — Volteó a ver el camino por el que iba a su departamento, estaba demasiado solo... — Estaré bien. — Aseguró volteando a ver a su compañero.

— No, no dejaré que vayas tú sola. Andando, vamos. — Aldo le sonrió mientras la tomaba de la mano.

— Pero, te tendrás que ir solo a tu departamento... No puedo dejar que lo hagas.

— No importa, yo veré qué puedo hacer, ahora déjame acompañarte a tu departamento. — _____ se resignó a que ya no lo podría convencer, lo que notó de Aldo es que era una persona muy terca...

— Bien, vamos... — Contestó _____ no muy convencida mientras caminaba al lado de él.

— Dame, anda. — Dijo Aldo quitándole la mochila, bolso y la bolsa de papel a _____. — Es mejor que lleve esto yo. — Se excusó.

— Eso sí te permito que hagas. — Aldo soltó una pequeña risa. Siguieron caminando mientras admiraban las luces de las calles, los animales nocturnos y la poca nieve que caía. Después de muchas calles llegaron al edificio en el que se encontraba el departamento de _____, entraron al elevador y ahí notaron como seguían tomados de la mano...

— Oh, lo siento... — Dijo _____ al notarlo. Lo soltó con delicadeza y Aldo sonrió.

— No pasa nada, creeme.

Llegaron al departamento de la chica, ella tomó sus llaves de su bolso mientras Aldo seguía sosteniendolo, abrió la puerta e hizo que el chico entrara.

— Toma asiento, iré por algo de agua. — Aldo le agradeció, caminó hacia la sala de estar y dejó todas las cosas de la chica en la mesa de centro.

Miró su alrededor y todo estaba perfectamente acomodado, limpio y el olor era a canela combinado con frutos rojos. Se levantó del sofá y miró por el gran ventanal, se podía ver todo desde el piso en el que estaban... Sacó su celular y tomó una foto, le encantaba la vista.

Corazón de cristal | Aldo GeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora