Capítulo 7

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"Sorpresa"

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"Sorpresa"

— Apúrate, apúrate... — Repetí al ver como pasaban los pisos del elevador del edificio.

Llegué a mi piso y corrí hasta mi departamento, abrí la puerta y caminé a la cocina donde estaban Alex y Roier desayunando.

— ¡Hola! — Exclamé con emoción al mirar a mis amigos.

— Órale, ¿y tú qué pedo? — Dijo Roier al ver como los abrazaba ladeadamente.

— Nada, nada. — Afirmé. Alex me analizaba con una mirada fija.

— Tú no traías esa ropa ayer, y hueles a rosas... — Dijo. Roier se acercó y me olfateó.

— Es cierto. — Roier tragó grueso.

— Antes de que sus mentes empiecen a imaginar cosas que no son. — Afirmé. — Dormí en el sofá, la ropa es de ella y es de hombre porque me dijo que le gusta comprar ropa así para estar en su departamento, y si huelo así es porque ella huele a rosas. — Los dos abrieron los ojos como platos.

— A ver, a ver, a ver, vuelve a escuchar lo que dijiste. — Exclamó Alex.

— ¿Qué? — Pregunté confundido al no entender.

"Y si huelo así es porque ella huele a rosas". — Repitió. — ¿Por qué hueles a ella? — Me miró burlón.

Dudé un poco en decirles. — La abracé al irme. — Dije en una voz baja. Ellos me miraron sorprendidos.

— ¡Estamos progresando! — Exclamó Alex con emoción. — ¿Qué le gusta?, ¿ya lo descubriste? — Preguntó y asentí.

— Pues sí, es muy perfeccionista, le gustan los discos de vinil porque para ella es como algo muy valioso del pasado, le gustan los perritos y los gatos de ojos verdes, ama los campos al aire libre, siempre preferirá quedarse en su departamento antes que salir, le gusta la oscuridad porque le da paz, sé sus comidas preferidas, pero odia todo lo que tenga que ver con el color naranja, le gustan los atardeceres y por eso vive en un piso alto, no le gusta estar entre muchas personas porque se estresa, le gusta estar sola, odia las mentiras, tiene un apego emocional con un osito de peluche azul...

— Okey, okey, ya entendimos. — Dijo Roier rápidamente.

— No mames, en una noche la conociste completamente. — Contestó Alex y yo sonreí.

— No me lo dijo, inconscientemente me di cuenta de todo eso... — Jugué con mis manos ligeramente. — Iré a mi habitación, si me ocupan me llaman. — Caminé hacia mi habitación mientras que en mi celular tecleaba en su chat...

Corazón de cristal | Aldo GeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora