La huida ( Relato)

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Paseé mi mirada por última vez a mis aposentos.
Una lágrima traidora caía por mi blanca mejilla por lo que estaba apunto de hacer.

No tenía otra opción, no iba a ser la mujer de nadie . No quería eso para mi.

Tenía que salir de aquí antes de que el sol diese paso completamente.

Suspiré y mi mirada se detuvo en el lado de la habitación donde Logan había estado parado.

Su gran cuerpo moreno llenaba la estancia.
No solo por su metro casi noventa , sino por su presencia.

Él siempre se hace notar donde esté.

Es un hombre de mando , que nadie se atreve siquiera a cuestionar ninguna de sus decisiones.

Su ceño es temido por el lugar.

Claramente a mi nunca me ha dado ningún miedo.

Su aspecto gruñón y arisco no va a hacerme dar un paso atrás ante él.

Siempre le he plantado cara.
Sonrío tristemente al recordar como se le rebuja la incredulidad y la diversión en sus ojos oscuros cuando le desafio.

Su boca se curva hacía arriba , solo hacía un lado , a la vez que su ceja derecha se alza con picardía.

— Ese invecil, todo esto es por su culpa.

Dí un manotazo debajo de mi ojo , no iba a permitirme llorar una sola vez más por él.

Agarré mi bolsa y entré en mi vestidor.

Quité la alfombra que vestia el suelo de la habitación, no sin poco esfuerzo, ya que pesaba un quintal la condenada.

Una vez apartada , resollé por el esfuerzo y me dispuse a abrir la pequeña puerta que había debajo de ella.

Me debia dar prisa , pues ya se oía al servicio empezar con sus tareas matutinas y en cualquier momento podrían entrar en mis aposentos para despertarme.

Bajé por la escalera , no sin antes recoger mi bolsa para llevarla conmigo.

— Estúpido , idiota ... todo esto es tu culpa, te odio.

Esa frase se repetía cada tramo que recorría por el camino de la entrada secreta que habia en mi habitación, por la que me escapaba cada vez que salía para vivir una aventura , sin ser vista.

Llegué al final del camino , me dirigí hacía un lado y toqué una piedra que me hacía de puerta para lo que guardaba ahí.

Saqué una daga que coloqué detrás de mi vestido blanco.

Levanté mi falda y metí unas hojas pequeñas en las ligas de encaje por si fuesen necesarias.

Esta misma noche me habrían venido a la perfección, pensé enfadada conmigo al no llevarlas conmigo.

Metí en la bolsa tres armas más , por si me eran necesarias y de la fria piedra , agarré mi amigo de aventuras; No sería nada sin el.

El y yo somos inseparables, lo agarré acariciando su contorno.

— Mi fiel amigo , nunca me fallas.

Le dije a mi arco , colocándomelo junto a la bolsa de flechas.

Ahora si estaba todo listo, podía dejar atrás todo lo que me rodeaba.

No iba a permitir que Logan convenciera a padre de destrozarme la vida.

Salí por el bosque y cerré la puerta , tapándola con musgo y hojas .

Anduve decidida hacía delante oyendo como el servicio se ponía en marcha en lo que hasta hace escasos minutos había sido mi hogar.

Miré hacía atrás solo una vez más.

Desde el camino en el que me encontraba , veía los muros que me habían protegido desde que nací.
Donde vivían las dos personas más importantes de mi vida: mi padre y Logan.

El castillo comenzaba a despertar, debía darme prisa e ir al establo , que yo solo conocía . Iría a recoger a Blanquita , mi yegua para emprender el largo camino, lejos, muy lejos de ahí.

Bajo la sombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora