Penas del Atardecer

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     Al terminar su jornada, Mingi sale de la cafetería, el cálido resplandor del atardecer bañaba las calles del distrito. El aire de la tarde está impregnado con el aroma de café recién hecho y una brisa suave acaricia su rostro, despejando el cansancio del día. Todo eso se sentía como una recompensa por su primer día de trabajo.

     Frente a la cafetería, sentado en una solitaria banca de madera, estaba el silencioso Yunho apreciando el paisaje. Decidido a intentar una vez más, Mingi se acerca a paso lento pero firme, su sombra se iba alargando sobre el pavimento dorado.

—Hola, ¿te importa si me siento aquí?—pregunta con una sonrisa, tratando de romper la barrera invisible que parecía interponerse entre ellos.

     Yunho asintió en silencio, sin apartar la vista del cielo teñido de naranjas y rosas.

—Está muy lindo el atardecer, ¿no crees?—silencio—El atardecer es mi momento favorito del día—añade Mingi, pero antes de que pudiera terminar la frase, Yunho lo interrumpe con una mirada fría.

—Ya cállate— murmuró ante un Mingi estático.

... ¿Qué?

—Deja de insistir en tener una conversación conmigo— finalmente quita su vista del bello atardecer para fijarla en Mingi, con una expresión de enojo—. Aléjate de mi.

—¿Qué?—estaba en shock. Más que sentirse molesto por la forma irrespetuosa de hablarle de Yunho, se sentía verdaderamente confundido. ¿Hizo algo mal?

—No te hagas el imbécil, sé que sólo me hablas por lástima, ¿si?—Yunho se levanta de la banca— No soy estúpido.

—Mira, no entiendo absolutamente nada de lo que me estás hablando. ¿Lástima de qué? ¿Qué te pasa?—pregunta Mingi con confusión y un poco de enojo. Por supuesto que es amable, pero para nada se iba a dejar insultar de gratis.

     El estudiante baja su cabeza, confundido, ¿acaso Mingi no lo sabe? Yunho no sabe qué hacer, acaba de ser un hijo de puta.

     Yunho se queda callado y chasquea la lengua antes de simplemente agarrar sus cosas y salir corriendo. Mingi, aún confundido, se queda viendo hacia la dirección por donde se fue, sus dedos soban sus sienes como si así fuera a conseguir comprender qué acababa de pasar. Pasan unos minutos hasta que oye una voz a sus espaldas.

—¡Mingi! ¿Qué haces aquí aún? ¿Por qué no has ido a casa? —pregunta Jeongyeon, notando la expresión perdida de su empleado.

—Ah, Jeongyeon... Erm, ni siquiera yo sé qué pasa... —suelta una pequeña risa nerviosa.—Es... ah. Pasó algo con Yunho.

Yunho... 

     Mingi no puede explicar algo que ni siquiera entiende. Las palabras salen pausadamente de su boca.

—Quise hablarle, me dijo algo muy raro y luego se fue corriendo. No sé cómo explicarlo, parece que hice algo malo.—responde aún desconcertado

     Jeongyeon rodea la banca y se sienta junto a Mingi. Suspira profundamente, sabiendo que simplemente no puede hacer como si nada cada vez que el nombre de Yunho entre a la conversación.

—Yunho perdió a su mamá hace poco, y ella era su única familia. Las personas por aquí sólo se acercan a él para expresarle lástima, no ayuda.

     Mingi frunce el ceño, asimilando la información.

—¿Por eso reaccionó así? —pregunta, aún sin comprender del todo.

—Sí —responde Jeongyeon con un tono suave —. Él es sólo un niño, ni siquiera ha terminado el colegio. Todo esto debe ser mucho para alguien tan joven. Seguramente, cuando le hablaste, pensó que tú también ibas a mostrarle lástima, y por eso reaccionó mal.

     Mingi se queda en silencio, procesando lo que acaba de oír. A pesar de que ya comprende la situación, el nudo en su estómago no desaparece.

—Yo no... no quería hacerlo sentir mal —dice finalmente viendo a Jeongyeon, con arrepentimiento.

—Lo sé, cariño —responde Jeongyeon, colocando una mano reconfortante en su hombro—. Tal vez ahora puedas hacer algo para ayudarlo. Yunho necesita que alguien lo apoye, no que lo compadezca.

     Mingi asiente lentamente, realmente quiere acercarse a Yunho sin hacerlo sentir peor.

—No sé cómo... —dice con su voz apagada.

—Inténtalo, estoy segura de que lo apreciará —responde Jeongyeon, sonriendo.

     Mingi se despide de Jeongyeon, y ahora sí emprende el camino a su apartamento. Conecta sus audífonos al celular y pone su canción favorita mientras llega a la parada de bus.


     La verdad es que Mingi no olvidó ese nombre, "Yunho", y mucho menos pudo sacar de sus pensamientos a su dueño... 





Still here  |  (YunGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora