La Razón y El Corazón

75 13 0
                                    


     El amanecer era brillante y cálido, Mingi se despertó con una extraña sensación de inquietud que no pudo sacudir, pero no podía concentrarse en eso ahora, tenía que llegar a su turno. Se encontró con Yunho en la cafetería temprano en la mañana, y la interacción fue como normalmente.

     Cuando llegó la hora de su salida del trabajo, Mingi se dirigió al bar donde había quedado en encontrarse con Hongjoong, pues siguieron hablando luego de haber recibido su mensaje la noche anterior. Al entrar, observó que Hongjoong no estaba solo. Junto a él, estaban Wooyoung y Jongho, sus otros dos mejores amigos. Mingi se acercó a la mesa y los saludó a todos, pero antes de que pudiera sentarse, sus amigos comenzaron a bombardearlo con preguntas.

—¿Tienes algo que decirnos? —inició Hongjoong, acusatoriamente. —¿Vas a hacerlo por tu cuenta o tenemos que empezar nosotros?

—Mingi, ¿qué hacías ayer en el cine con el niño de la cafetería? —preguntó Wooyoung, con un tono serio.

—¿Hyung, qué es todo esto? —añadió Jongho, con una expresión de preocupación.

     Mingi levantó las manos, nervioso.

—Esperen, háganlo uno a uno —dijo, tratando de calmar el aluvión de preguntas.

     Hongjoong, Wooyoung y Jongho intercambiaron miradas antes de voltear a ver a Mingi. Uno a uno repitieron las recientes preguntas. Él, aún nervioso, respondió con la mayor sinceridad posible. A medida que hablaba, sus amigos notaron la forma dulce y feliz en la que se refería a Yunho, lo que provocó que se miraran entre ellos como preguntándose "¿Qué mierda le pasa?".

—Ah... ¿Sabes? hace tanto no actuabas así, como embobado—dijo Wooyoung, con seriedad—. Mingi, ¿cómo puede gustarte un estudiante de secundaria? ¡Es un menor de edad!

     Mingi rápidamente agitó las manos, tratando de aclarar la situación. 

—Esperen, no, no es un menor de edad. Cumplió 18 años en marzo —dijo, nervioso.

     Ellos inmediatamente notaron que no había negado que Yunho le gustara.

—Entonces te gusta, hyung —dijo Jongho, señalando.

     Apresuradamente, Mingi respondió. 

—¡No, no me gusta! —insistió.

     Sus amigos se calmaron un poco, pero el ambiente se volvió más serio. Hongjoong, el más maduro y mayor del grupo, suspiró y se dirigió a Mingi con seriedad.

—Mingi, es peligroso —dijo Hongjoong—. Incluso si dices que no sientes nada por Yunho, es raro y podría ser malinterpretado el hecho de que un chico de 22 años esté hablando con un muchacho de secundaria, por más que ya sea mayor de edad. Es aún más raro si es que siempre te le quedas viendo fijamente con una expresión tan tonta como ayer.

—Hongjoong-hyung y yo los vimos anoche cuando pasábamos por ahí... ¿Min, estás seguro de que no te gusta...? —Wooyoung habló, tratando de hacerlo suave y pausadamente ante cualquier reacción que pudiera tener Mingi.

     Los 3 chicos lo miraban expectantes, esperando una respuesta. Jongho, el menor, escuchaba todo sin tener idea alguna de cómo intervenir. Mingi bajó la cabeza, reflexionando todo lo que estaba diciendo Hongjoong. Se formó un nudo en su interior, sentía cómo iba desde su garganta hasta su estómago. Por el momento, prefirió ignorar la pregunta de Wooyoung.

Tal vez Joong tenga razón... Aunque sólo seamos amigos, es raro ser tan cercano a Yunho, ¿no es así? Ya que ambos estamos en etapas distintas de nuestras vidas.

     Hongjoong suspiró de nuevo. Se sentía mal por su mejor amigo. Nadie podía hacerse idea de cuán preocupado siempre estaba por él.

—Sólo ten cuidado, Mangi. De verdad esperemos que no, pero Yunho podría acusarte de algo peligroso en cualquier momento. Créeme que sólo estamos preocupados por tí.

     Aunque Mingi sabía en su alma y corazón que Yunho nunca haría eso, no pudo evitar quedarse pensativo acerca de de ello. La conversación había dejado un vacío en su mente, y una semilla de duda mezclada con miedo e incertidumbre que no podía ignorar.

     Para aliviar la tensión, Hongjoong sugirió que cambiaran de tema y disfrutaran lo que quedaba de la noche, ya que hacía tiempo que no podían encontrarse los cuatro juntos. La noche finalmente pasó entre risas y charlas, pero la preocupación de Mingi para nada había desaparecido.

     Al día siguiente, un sábado en el que Mingi entraba más tarde y salía más temprano del trabajo, amaneció con pensamientos frescos sobre la charla de anoche con los chicos. Las palabras de su mejor amigo resonaban constantemente en su cabeza, pero como si estuvieran a todo volumen. Mingi no podía evitar preguntarse si estaba haciendo lo correcto al acercarse tanto a Yunho. Lo que había iniciado como una pequeña curiosidad, parecía estar tomando otra forma. 

     El vacío que se había formado tanto en sus pensamientos como en su pecho, lo acompañaron durante todo el día. Tuvo incluso que darse unos minutos de descanso al verse tan distraído y torpe en sus tareas de la jornada. Mingi sólo intentaba encontrar un equilibrio entre sus sentimientos y la realidad de la situación.

Por ahora, un poco de distancia será lo mejor... ¿verdad?

Still here  |  (YunGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora