Detente, Te Amo

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     La noche del veintinueve de diciembre caía con una suavidad invernal sobre la ciudad mientras se encontraban juntos en la casa de Yunho, con mayor cercanía a la estación de trenes desde donde partirían al día siguiente hacia Andong, la ciudad natal de Mingi. A pesar de la emoción que compartían, la ansiedad no desaparecía de sus cuerpos. La idea de conocer a la familia de Mingi hacía que ambos se sintieran nerviosos, aunque intentaban mantener la calma.

     Recostados en la cama, la televisión frente a ellos solo era un ruido de fondo mientras sus miradas y sonrisas robadas captaban toda su atención. Mingi jugueteaba con el cabello de Yunho, mientras este acariciaba distraídamente su brazo.

—¿Quieres que cocine algo? —sugirió Mingi, de repente, levantándose.

     Yunho lo miró curioso. 

—¿Ahora? ¿Tienes hambre?

     Mingi asintió, llevándose una mano al estómago con una sonrisa. 

—Mucha. ¿Tú?

—Bueno, la verdad, si —respondió, dejando que sus labios se curvaran en una sonrisa.

—Entonces, prepararé unos sándwiches. Yo también tengo el estómago vacío —dijo Mingi, correspondiendo el gesto. —Van a ser los mejores que hayas probado nunca, prepárate.

     La emoción de Mingi le hizo reír, y le siguió el juego.

—No tengo duda, por algo mi novio es tan buen cocinero —bromeó Yunho, lanzando un beso hacia él.

     Mingi se rió y fue directo a la cocina, sacando los ingredientes para comenzar. Mientras ponía una rebanada de queso en cada pan, sintió dos manos envolviendo su cintura con firmeza. No pudo evitar sonreír, pero se mantuvo en silencio. Fue cuando sintió la respiración cálida de Yunho en su cuello que un escalofrío lo recorrió, haciendo que se sonrojara violentamente y se giró, cubriendo la zona con sus manos, incapaz de verlo a los ojos.

—¿Qué... qué haces? —preguntó, tratando de sonar serio.

     Yunho rió suavemente, acariciando el rostro de Mingi. 

—Es que te veías tan bien desde atrás que no pude mantener mis manos lejos de ti, lo siento.

     Él rodó los ojos, intentando continuar con lo suyo, pero Yunho volvió a sujetarlo, esta vez levantándolo con facilidad para sentarlo sobre la encimera.

—¿YuYu, qué haces—? —Mingi no pudo terminar la pregunta al sentir sus labios ser fuertemente presionados contra los contrarios. Durante unos segundos, el juego entre sus lenguas no parecía querer parar. Sin embargo, su estómago interrumpió la situación con un rugido. Yunho soltó una carcajada, burlándose con ternura, provocando que Mingi lo golpeara suavemente en el pecho, visiblemente avergonzado.

—Deja de reírte —dijo Mingi, intentando fruncir el ceño, pero sin poder evitar sonreír.

—Perdón, perdón —Yunho levantó las manos en rendición, todavía sonriendo. —Pero sí, mejor sigamos con la comida, no queremos que te desmayes del hambre, ¿no?

     Finalmente, después de unos quince minutos de juegos, lograron terminar de preparar la cena, pues Yunho había ayudado con las bebidas. Se sentaron juntos en la cama, habían elegido una película de acción recién lanzada para acompañar su comida, aunque ninguno de los dos realmente estuviera prestando atención a la pantalla.

     Mingi no podía dejar de pensar en lo ocurrido hace rato, lo cual lo tenía tímido y distraído. Mientras tanto, Yunho estaba en las mismas, con su mente repitiendo la situación en bucle.

Still here  |  (YunGi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora