Capítulo 14.

12 2 0
                                    

Sangre.

Sangre y más sangre.

Blake frunce el entrecejo extrañada y hasta algo aterrada.

Miro a su alrededor buscando a alguien y vió a Nick cortando algo de leña mientras Scott a su lado le iba hablando de quién sabe que mientras reía, decidió llamarlo para que vieran el origen de ese camino de sangre que se marcaba sobre la blanca nieve.

—¡Nick! —El nombrado voltea, suelta el hacha para dejarla en el suelo y se cruza de brazos, algo molesto porque lo llamarán cuando estaba ocupado. Le hace señas de que se acerque.

Nick, rueda los ojos y se acerca metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón deportivo. Al llegar a ella la mira con algo de recelo.

—¿Que quieres? —le pregunta—, estaba ocupado por si no te diste cuenta. Y realmente no me interesa lo que tengas que dec- —sus palabras se quedan a medias al bajar la mirada y ver la sangre en el suelo, con su brazo hace para atrás a Blake posicionandola detrás de él.

Comienza a avanzar, siguiendo el pequeño y abundante rastro que formaba un camino guiandolos al inicio del bosque.

A medida que iba avanzando el ambiente se sentía muchísimo más tenso e incómodo. Blake tenía un mal presentimiento, sentía que algo pasaría, Nick, estando alerta de cualquier cosa que pudiese pasar. Se sobresalta al ver a una niña escondida detrás de un árbol sentada sobre la nieve, llorando en silencio mientras sostenía su brazo ensangrentado. Un gran corte desde el inicio del hombro hasta su muñeca fue lo que dejó sin palabras al Pelinegro. El rostro de la niña no era posible de ver debido a su largo y ondulado cabello rubio tapando su cara. Su piel estaba pálida y algo azul. Su cuerpo temblaba de frío al solo llevar puesto un vestido sin mangas que le llevaba a las rodillas, color blanco y manchado de rojo por la sangre y sus pies descalzos.

A Nick se le estrujó el corazón, volteo a ver a Blake brevemente y se acerca a la niña agachándose un poco.

La infante se asusta y da un respingo, levanta su rostro mirando a Nick. Sus dientes chocando bebido al frío. Sus ojos eran color rojo. Sus mejillas son color al igual que sus labios.

La infante lo analiza visualmente y comienza a sollozar.

—Ayu-yudeme porfavor...

El Pelinegro sin pensarlo y teniendo la respiración agitada, toma entre sus brazos a la pequeña y la levanta, para llevarla a la mansión bajo la atenta mirada de Blake.



• • •




Jade al ser informada sobre la niña herida, una punzada atravesó su pecho dejando cierta molestia en el área. Tenía claro quien había Sido.

Mandó a katie por información sobre los padres de la niña, ya que la susodicha no decía ni una palabra.

Mientras en la habitación de Nick, uno de los cuidadores desinfectaba y cerraba la herida de la niña, el Pelinegro mordía sus labios con fuerza y algo de molestia. Una opresión en su pecho estaba presente, tenía tantas ganas de matar al hijo de puta de Jack.

¿Cómo se le ocurría lastimar a una niña?

¡A UNA INFANTE POR DIOS!.

el ambiente que recorría la mansión era de preocupación.

La niña de nombre aún desconocido, era la unica hija de una pareja de protectores que, al nacer ella. Se fueron a un pueblo a cinco días de distancia buscando protección para su preciosa bebé.

Jade recibía cartas por parte de ellos asegurándole que estaban mejor que nunca.

Pero...

¿Porque de pronto la niña apareció en el bosque de Kain?.

Tendrían que esperar pacientemente a averigüar las razones y las respuestas a sus dudas, y hasta entonces. La pequeña rubia estaría bajo a su cuidado. No querían que ese incidente en que la susodicha salió terriblemente herida se repitiera.

Mientras tanto, bajo órdenes de Jade. Amanda salió a buscar a algún intruso en el bosque acompañada de Tommy.

Amanda como una sobreviviente a la abrasadora selva del amazonas, se trepaba en los árboles columpiando su cuerpo entre uno y otro.

Tommy caminaba tranquilamente bajo su fortaleza de invisibilidad, así que nadie lo vería.

Amanda, posicionada en cuclillas, con sus pies y sus manos sosteniendo su cuerpo equilibrando así su peso en una de las ramas de un gran y viejo árbol de roble, pudo ver cómo un búho volaba hasta su posición y se ponía a un lado de ella, sobre una rama cercana.

Ella le restó importancia y siguió vigilando con la mirada el área.

Aunque, no debió hacerlo, porque el búho, en realidad era uno de los integrantes de los oscuros transformado en la forma de dicho animal.



• • •



Horas más tarde...

El sonido de los grillos cantando no era tan reconfortante en esos momentos, más bien. Volvía más tenso de lo esperado aquel ambiente.

La noche estaba cayendo. Amanda y Tommy no habían regresado.

Jade en medio de un impulso estuvo a nada de salir del férreo a buscarlos.

Scott y Nick se acercaron para detenerla y tranquilizarla, aunque les costó un poco porque la castaña sufrió de un ataque de pánico, pero lograron controlarlo todo

Y ahí estaban, parados frente a la mansión en espera de alguna señal, de algo que les diera esperanzas de alguna mínima cosa sin importar lo que fuera.

Joshua, quien volvía del bosque, al estar frente a ellos después de atravesar el campo de fuerza. Alzó los hombros y soltó un suspiro, mirando a Jade con frustración.

—No encontré nada, recorrí todo el bosque y no los ví por ningún lado. —Hace una mueca tras decir aquellas palabras.

Jade chilló y bajo su rostro, llevando sus manos al área y sintiendo la culpa invadir su mente, poniendo cada vez más agudos sus nervios.

Nick puso su manos sobre uno de los hombros de Jade dándole algo de consuelo, o al menos tratando de hacerlo.

—Por favor... —Susurra Jade para sí misma mientras mira el bosque, en espera de alguna señal.

Pero nada se hace presente, ningún ruido se escucha mas que el de las respiraciones de los presentes.

Nadie aparece de los adentros del bosque.

Nada.

Nada sucede.

Nada se escucha.

Ni un grito de ayuda.

Ni un sollozo.

Nada.

Nada

El Río De Sangre.©. #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora