Capitulo 3

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Melany

Estoy sin habla.

No me podía mover y mucho menos hablar. Estaba dichosamente inmovilizada.

Lo último que le faltaba a esta situación era que me encontrara así, enfrente de un chico.

Qué jodida situación, ¿eh?

No ayudas mucho, ¿sabes?

Vamos, reacciona. No te puedes quedar mirando a un chico desconocido, a quien has estado acosando hace apenas unas horas; pareciendo una más de sus bobas fans. ¡Melany... Melany! ¡Reacciona! Tenemos una reputación que cuidar.

Reaccioné por fin ante esto último. Es verdad, estaba en frente de él, mirándolo fijamente, sin pudor alguno. Y su cara... su cara a un palmo de la mía. El pasillo, estrecho, se encontraba tenuemente iluminado, pero era suficiente para poder contar cada uno de sus lunares que marcaban su rostro, o sentir su aroma, una combinación de fragancia masculina y el sudor que recorría su rostro, entremezclándose en el ambiente, causando un efecto embriagador. Las gotas de agua pendían de sus cabellos, brillando como perlas. ¿Pero qué...? ¡Diablos! ¿Cuándo se había acercado tanto?

Esto último parecía que lo divertía, mirándome con un aire superior y, al mismo tiempo, burlón.

- Ejem... - susurró suavemente—. ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? - Hizo un gesto, señalando mi cabeza-. Llamando a tierra a... —dudó un segundo—. ¿Señorita sin nombre?

Pude ver la diversión en sus ojos y me irritó. Yo no era la diversión de nadie, ni siquiera de Taylor. ¿En qué momento había dejado mi orgullo y dignidad atrás?

Sentí la furia acumulándose dentro de mí, una mezcla de indignación y humillación que no podía contener. Su expresión burlona y aire de superioridad me irritaba demasiado. ¿Cómo podía mantener la calma si con mi mirada ya lo había asesinado de cien formas distintas?

Y su sonrisa... su sonrisa era idéntica a la de mi sueño...

No podía soportarlo más. De repente, exploté. Con un movimiento brusco, propio de la verdadera Melany, me aparté de él con un empujón decidido. Sentí la adrenalina recorriendo mi cuerpo mientras me encaminaba rápidamente por el pasillo hacia los vestuarios, necesitando poner distancia entre nosotros. Agh, qué día de mierda, primero lo de la ducha y ahora este cabrón, engreído de Taylor. El eco de mis pasos resonaba por ese pasillo desolado y el murmullo distante de los estudiantes acomodándose en sus asientos hacía todo más surrealista. Íbamos a ganar, para eso habíamos venido y no debía olvidarlo.

Eso es, céntrate y todo saldrá bi...

Sentí un tirón brusco que me hizo girar sobre mis pies. Una mano fuerte y firme se había enganchado a mi brazo, obligándome a enfrentar al autor de este acto.

Lo fulminé con la mirada, sintiendo una unión de furia e impotencia contenida. El tiempo y mi paciencia no sabían esperar y este tipo solo... solo me desquiciaba. Lo peor de todo era su sonrisa burlona, como si el hecho de ignorarlo, empujarlo, entre otras cosas, le hiciera gracia.

- Eh, eh, no te escapes así. No sé qué he hecho para que me merezca este trato- dijo el muy idiota-, y menos de alguien como tú.

Lo miré sorprendida. Sentí que la estupefacción cruzaba por mi rostro, rompiendo mi máscara de seguridad. Esa pequeña frase me golpeó con tanta fuerza, como un puñal atravesando mi corazón.

<<Eres alguien especial, Melany, pero no te lo mereces. Nadie, de hecho, y menos alguien como tú.>>>

No, no, menos frente a Taylor.

El amor no me perteneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora