Melany
¿Recuerdan la sensación antes de rendir una prueba importante? ¿El miedo y la ansiedad frente a este reto? ¿El estrés que tuvieron antes? ¿que se formara un nudo en el estomago por la espectacion?
¿Y si lo combinaran con una gran adrenalina que recorría cada nervio de su cuerpo, sintiendo cómo se apropiaba de sus sentidos, incitándolos y llenándolos de una renovada energía producto de la epinefrina? ¿Acelerando tus movimientos al compás de tus respiraciones? ¿como si pudieras enfrentar al mundo?
Asi me sentia en ese momento.Pero esta vez era distinto
La sensación era distinta. No trai un enfoque, ésta era desenfrenada, provocando un caoes en mi interior.Sentía una opresión desconocida en el pecho. Mis manos empezaron a temblar y una angustia desconocida me cubrió.
¿Qué me estaba ocurriendo?
¿Desde cuándo me ponía así por un partido?
Mientras seguía consumida en la confusión, embriagada por la pesadumbre de estos sentimientos y reacciones de mi cuerpo, una mano se posó sobre mi hombro. Enfoqué mi vista, que se había emborronado, y miré a mi alrededor. Tanto Aaron, Aiden y Ryan se estaban terminando de cambiar pero yo seguia en el mismo sitio. Miré a quien me tocaba: Liam. Su expresión era fría. Nunca lo había visto asi.
- Deberías cambiarte, no falta mucho para que el entrenador entre. Date prisa. No pierdas más el tiempo.- dijo secamente.
Su tono de voz y mirada me tomaron por sorpresa. ¿Qué le pasaba?
A pesar de eso, asentí y avancé hasta mi cubículo. Me cambié en silencio, un doloroso silencio. En mi interior todavía se desataba un huracán de sentimientos, tensiones y angustias, como si fuera a explotar. Un remolino de dolor, enojo, decepción, confusión y vacío. Se me formó un nudo en la garganta y sentí que unas lágrimas cálidas y saladas me traicionaban. Me las sequé rápidamente, cambiando mi expresión. ¿Por qué? ¿Por qué hoy, mierda, por qué? ¿Desde cuándo me ponía tan nerviosa por un partido?
No creo que sea solo eso.
El dolor en mi pecho se estaba volviendo insoportable, no podía respirar bien. Era como si un monstruo me desgarrara por dentro, disfrutando del dolor.
Me abracé a mí misma y me dejé caer al piso, balanceándome de adelante hacia atrás. intentando borrar esta emocion que se había apoderado de mi.
<<Un momento de debilidad. Un momento en donde perdiste el control>>
Solloce sonoramente, en un intento de tranquilizarme, mientras más lágrimas brotaban de mis ojos. Apoyé brevemente mi cabeza sobre el frío yeso, conteniendo las ganas de pegar con todas mis fuerzas a cualquiera que se cruzara en mi camino. El rostro de Tylor apareció en mi mente. Él era el causante de todo, causaba esto.
Más lágrimas de furia y dolor surcaron mi rostro. Sumida en estas extrañas sensaciones, no noté cómo la tela de la cortina que cubría el cubículo se descorría levemente.
- Oye Mel, ¿tienes una colita de pelo? Creo que olvidé la mía, y ya sabes cómo se molesta el entrenador... Carajo, ¿qué ha pasado ahora?
Aaron me miraba con consternación, intentando entender qué había pasado en estos cinco minutos que habían transcurrido. Mi cara debía ser una muestra clara del desastre que estaba hecha. Recorrió mi rostro con sus ojos, deteniéndose en las lágrimas que no había logrado ocultar y que continuaban saliendo, superándome. Volvió a mis ojos y su mirada expresó preocupación. Pero yo no la quería. O sí. Ya no sabía. Lo único que deseaba en ese momento era encogerme y desaparecer, que nadie me juzgara, ni tuviera que preocuparse por mí. Pero también que me acogieran en brazos como una niña pequeña y me sacaran este torrente de emociones extrañas que me devoraban. Tener el control. Recuperarlo. Lo necesitaba como el oxígeno para respirar.
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El amor no me pertenece
Teen FictionMelany Stocker no es cualquier chica, es la capitana del equipo de baloncesto de su instituto, además de ser la única chica que forma parte de ese equipo. Cuando logran ganar un partido importante y pasar a las regionales, Melany podía sentir que su...