Prólogo

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Había pasado un tiempo luego de la lucha contra Adam y los exorcistas. El Hotel Hazbin estaba prosperando gracias a la ayuda de Lucifer y su don de crear nuevas cosas. El tiempo que Lucifer pasó junto a los pecadores fue gratificante, ya no se sentía solo en esa fría mansión en donde pasó gran parte de su vida en el infierno. Ahora tenía una nueva familia a la que proteger y que le aceptaban tal cual era.

Al principio fue difícil llevarse bien con todos, no entendía algunas acciones de sus compañeros. Pasó tanto tiempo solo que olvidó como sociabilizar, pero gracias a las actividades de su querida hija, él pudo sobrellevar su timidez y entablar conversaciones con sus amigos.

El único problema fue llevarse bien con el botones...

Al inicio, los dos no se toleraban, no podía estar juntos sin terminar peleándose por cualquier cosa. Alastor no quería estar cerca de Lucifer y Lucifer no podía evitar molestar al botones.

Tanto así que Charlie tuvo que intervenir en su relación, ya no podía soportar ver pelear a sus dos figuras paternas. Así que se vio en la obligación de ordenarles que pasen tiempo juntos sin tener que insultarse.

Los dos a regañadientes aceptaron el acuerdo silencioso, Alastor no quería quedar mal ante la princesa y Lucifer no quería decepcionar a su manzanita. Por lo que tuvieron que hacer todo juntos.

¿Quién diría que tenían tantas cosas en común?

Alastor descubrió que a Lucifer tampoco le agradaba la televisión y que solo soportaba el uso del celular ya que podía comunicarse así con su hija. Pero aún así prefería leer el periódico que ver programas televisivos porque según él "Te freían el cerebro".

Por su parte, Lucifer descubrió que a Alastor le gustaba cocinar al igual que él. Y más si se trataba de su famosa jambalaya de carne "sorpresa" si bien no le gustó descubrir de qué era la carne, al fin y al cabo Alastor también podía cocinar diferentes platillos. Es más, quien se encargaba del desayuno, el almuerzo y la cena era el mismísimo demonio de la radio.

No creía posible que un Overlord tuviera tal gusto por la cocina, ningún demonio poderoso gastaría su tiempo y esfuerzo en algo tan trivial como cocinar.

Y así los dos pasaron el tiempo descubriendo nuevas cosas de los dos, tanto así que comenzaron a salir en plan de amigos a diferentes lugares.

Alastor llevó a Lucifer a un club de jazz para que los dos pudieran disfrutar buena música y ¿porque no? También bailar los dos juntos, Lucifer era un excelente bailarín y compañero de baile. Los dos llamaban la atención con sus pasos, pero a ellos poco les importaba, se estaban divirtiendo juntos.

Lucifer también quería mostrarle cosas divertidas a Alastor, pocas veces se podía ver al Rey del infierno volando en su territorio. Pero él quería mostrarle a Alastor la hermosa vista del pentagrama desde lo alto del cielo. Alastor quedó fascinado por la vista, además se sintió honrado de ser una de las pocas personas que el Rey cargó en sus brazos.

Y así pasaron el tiempo los dos juntos hasta que llegó el día en que confesaron sus sentimientos.

Lucifer estaba nervioso, no sabía cómo expresar lo que sentía y menos si se trataba de Alastor. Quería que todo sea perfecto, pero también estaba asustado de que el ciervo le rechace.

Cuando confesó su amor al demonio de la radio, no podía dejar de temblar del nerviosismo. Él se aseguró de que no hubiera nadie en el hotel, nada más que ellos dos en el balcón del edificio, porque sabía que Alastor estaría incómodo con público alrededor de él. Y que huiría entre sus sombras si es que todos los del hotel se enteraran de que el tan temido demonio de la radio tenía sentimientos.

Mi otro yo - APPLERADIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora