Mi otro yo - APPLERADIO

Capítulo 5

Los tentáculos de la bestia se dirigían violentamente hacia la pecadora que estaba al costado de Lucifer. La mujer no supo cómo esquivarlo así que solo se encogió en su lugar esperando el impacto del ataque.

Los clientes que todavía se encontraban dentro del local, corrieron despavoridos al ver que iniciaría una pelea dentro del local. No querían ser partícipes de la masacre que armaría el Rey del infierno en contra del monstruoso ser.

Todos pensaron que el Overlord se había vuelto loco al atacar directamente al Rey sin medir en las consecuencias. Pues es bien sabido que el Rey es el ser más poderoso de todo el infierno, atacarlo sería un suicidio.

Nunca hubieran imaginado que en realidad Alastor estaba atacando a la pecadora por estar al lado de su pareja.

Para quien lo viera la escena, era de imaginar una pelea por el poder, no una batalla abierta por el amor del Rey. Pero nadie se quedaría ahí para comprobarlo.

—¡BASTA! ¡¿QUÉ CREES QUE ESTÁS HACIENDO?! ¡BESTIA!

La voz de mando de Lucifer resonó por todos lados, se podía oír el grito de enojo del Rey. Aquel poderoso tono de voz alertó a todos pecadores que estaban huyendo por sus vidas, incluyendo a Alastor que no se esperaba que su Luci le gritara de esa forma.

Alterado por la forma en que le gritaron, su ataque flaqueó un poco, pero su enojo en contra de la mujer pudo más que su sorpresa repentina y movió con más rapidez más ataques en contra de ella.

Lucifer vio que la bestia no se asustó de su voz y hasta le pareció que aquel ser le estaba retando a una batalla a pesar de que como su Rey era más fuerte que él. Lucifer avanzó un paso al frente sin pestañear y de un solo golpecito al tentáculo que estuvo cerca de la chica a punto de matarla, lo destruyó en miles de pedazos como si no fuera ni un reto para él, evitando que la bestia frente a él matara a la chica que le causaba curiosidad.

La bestia gritó en dolor al sentir que uno de sus tentáculos había sido destruido sin dejar rastro. Colérico de sentir que una de sus extensiones había desaparecido gritó en un sonido gutural demostrando que estaba molesto por su repentino ataque hacia a él.

El monstruo cegado por la ira cambió de estrategia y comenzó a acercarse de forma cazadora hacia sus oponentes. El monstruo caminaba en círculos alrededor de ellos como si estuviera advirtiéndoles que serían cazados por él.

Lucifer anticipando que la bestia se enojaría con él por el bloqueo de sus ataques se puso frente de la mujer para tratar de protegerla de futuros ataques hacia ella. Solo podía oír en su espalda que la chica estaba llorando a mares por el miedo que estaba sintiendo de ser cazada por tremendo ser.

El monstruo no esperó más en su advertencia y lanzó múltiples ataques de sus tentáculos hacia la mujer que estaba detrás de Lucifer. El Rey anticipando que de nuevo la bestia atacaría con sus tentáculos, se puso en guardia para contraatacar los ataques y así evitar que la mujer recibiera daño. Al estar distraído con los tentáculos que estaban frente suyo, no se dio cuenta que algo entre la sombra de sus pies salió arrastrándose por el piso como si tuviera vida propia.

La sombra bajo sus pies se arrastró silenciosamente hacia la sombra de la mujer que estaba encogida en su sitio tratando inútilmente de protegerse con sus manos mientras le lloraba al Rey que le salvara de ese monstruo.

La sombra en silencio comenzó a rodear el suelo en donde se encontraba la mujer llorando. Poco a poco comenzó a cubrir los pies y piernas de la mujer que estaba tratando de esconderse inútilmente detrás del Rey. La pecadora al sentir que algo le estaba cubriendo las piernas, se asustó al ver que sus piernas habían desaparecido en una manta negra. Alterada por sentir que algo le estaba absorbiendo hacia abajo del suelo, comenzó a gritar asustada al notar que en realidad no era una manta negra la que le cubría sino que estaba siendo absorbida entre las fauces de la sombra.