Capítulo 1.50

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El pasado de Lucifer Morningstar y El pasado de Lucifer Magne.

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Se acercaba aquel fatídico día, el día en el que Lucifer conoció a un alma independiente, el día en que Lucifer se enamoró por primera vez de una humana que no estaba destinada a él, el día en que Lucifer en su ingenuidad confió en aquella humana que le haría tomar la decisión de romper las reglas del cielo, el día en que tomó el fruto prohibido y se lo dio a la nueva esposa del primer hombre.

Y que por ende, esa decisión le haría caer al infierno por su desobediencia.

Se acercaba ESE día, el día de su caída. En el que perdió todo lo que más amaba... sus amigos, su familia, su padre... su identidad como ángel.

El día en el que dejó de ser un ángel puro para volverse un demonio.

El día en que él cambió.

Esa sería la prueba de que jamás volvería a ser el mismo. Y en el que nunca más volvería a su hogar.

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El día en que cayó al infierno, su aspecto cambió también. Ya no era aquel dulce ángel que estaba lleno de inocencia. No, ahora se veía más grotesco, sus facciones ya no eran angelicales sino las de un demonio. Su mirada era fría, sus dientes eran puntiagudos, el color de sus ojos no eran de aquel azul cielo que podía darte paz al mirarlos... No, ahora el iris de su ojo era de un rojo intenso, como si al mirarlo pudieras quemarte en las brasas del fuego infernal.

Ya no era aquel pequeño ángel.

No, ahora era un demonio de estatura imponente que podría destruirte con solo mirarte a los ojos...

Él cambió, pero su cambio le hizo sentir libre.

Como si esas cadenas que lo restringían se hubieran roto, para darle a un libre albedrío que tanto deseaba en los humanos. Pero ahora lo tenía él.

Se sentía poderoso, quería probar esa libertad que antes no podía experimentar en el cielo.

Liberó sus alas y las batió para abrirse paso en el "cielo infernal".

Volar siempre será una de sus actividades favoritas y ahora podía hacerlo con más velocidad que antes le había sido negada.

Quería descubrir qué nuevos poderes tenía y así lo hizo, comenzó a lanzar rayos de sus manos destruyendo todo el panorama de un solo golpe.

Se estaba divirtiendo a lo grande, podía hacer lo que quisiese, el destruir cosas era tan divertido. Y nadie podía detenerlo en este nuevo paraíso infernal.

No podía contener esta nueva adrenalina, por lo que comenzó a reírse mientras destruía todo a su paso. Total, el reconstruir el terreno no sería difícil para él.

En medio del caos, fijó su vista al suelo.

Había un bulto escondido entre los escombros que él ocasionó en su choque de locura.

Al acercase para ver qué era ese extraño ser, se dio cuenta de que era una humana. Una humana que al parecer estaba temblando del miedo.

¿Dónde había visto a esa humana?

Mi otro yo - APPLERADIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora