|3| Luna llena.

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"Los señores dragón nos casamos porque las razas de dragón no se mezclan. Todo con la esperanza de que uno de nosotros posea un don casi tan divino como el jinete blanco". 

-Yunshik I de la casa Jeon, lord del clan Jeon y Moonlight, rey de Nightsford

JUNGKOOK

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Los "sueños de dragón" eran comunes en su familia, aunque, se decía que pocos miembros sufrían de esto. Normalmente uno miembro por generación lo padecía. En la generación de su madre, si tía la princesa Jeon Taemi sufría con frecuencia de estos sueños proféticos. Fue Taemi quien soñó con "la guerra de las dos reinas" donde la reina Boora moriría en pleno vuelo, su madre, casi burlesca respondió con: <<Yo tengo un dragón grande, veloz, nadie será capaz de derribar a Reagnor>>. Y, cuando a Reagnor fue atravesado por una de las flechas de los cazadores de dragón de la reina Yejin. Se selló el destino. Jungkook pensó que el soñador de su generación sería Yoongi, o tal vez, Luhan. No pensó que sería él.

Los Jeon no tenían sueños y si los tenían no los recordaban, pero él recordaba todo con detalle. El aroma a peonías y canela, el azul intenso de sus ojos como el mar del norte en el que él se ahogó al inicio de su sueño. Los dos dragones, dorado y nocturno durmiendo uno a lado del otro. 

Miró como las olas iban en calma y el viento soplaba pacifico las velas. 

—Su majestad se levantó temprano —la princesa Taemi, su tía, se acercó a él, haci mucho habían dejado las capas abrigadas y la ropa gruesa para el frío de Nightsford. 

—Tuve un sueño —le dijo. 

Ella lo miró con curiosidad. Jungkook agachó la cabeza. 

—Creo que sé lo que significa, pero... sigue siendo confuso. 

—Nuestros sueños nunca son directos, majestad. A veces hay que decifrarlos. 

—Cuando soñó con la caída de mi madre, ¿que vio? 

Taemi tragó saliva con dificultad y suspiró. 

—Primero la vi volando en Reagnor, habían banderas de los Kim Newmoon y los Manoban sobre los navíos, luego, un rayo del mar, que atravesó el pecho de Reagnor y que al momento de tocarlo este desapareció y el emblema de nuestra casa caía incendiada al mar —le contó—. A lo lejos se escuchaba " Aüis Shdarlaors goirgor egsdie" —"La reina ha muerto" dijo con algo de tristeza—. Le advertí a mi reina que caería del cielo, que vi nuestro emblema incendiarse. Ella no me creyó y fue al rescate de las flotas de los Manoban y los Kim Newmoon, ella volvió pero no como habríamos deseado. 

—Era algo testaruda. 

—Terca —corrigió—. Desde pequeña. No le tenía miedo a nada, no conocía el miedo. Una vez algo se le metía a la cabeza, eso era todo. Su voluntad sería la de todos. Pero era una buena reina. Fue educada para serlo. Habría deseado que mis sueños fueran más claros y que ella me creyera. 

Los hijos del Dragón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora