y si el solo quiere jugar conmigo?

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En el vaivén de susurros inciertos, 
me pregunto si en su mente me acepto. 
¿Seré solo una pieza en su juego abierto, 
o acaso mi corazón será el objeto? 

Quizás yo solo sea un juego para el,
un pasatiempo para llenar sus horas vacías.
Quizás sea mi imaginación,
que me hace ver y sentir cosas
que solo deberían estar en mi cabeza.

Mis pensamientos se enredan en sus palabras,  
en sus gestos indescifrables y misteriosos,  
y la duda crece como una sombra sin nombre,  
¿será que en su mirada solo hay engaños ocultos?  

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