y si ya no le puedo dar una tercera oportunidad?

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A veces, el dolor es tan profundo que el corazón no puede soportar una tercera herida. La tristeza se queda cuando el amor se va sin mirar atrás. Las lágrimas son el lenguaje del corazón roto, y sus palabras nunca se olvidan.El tiempo no cura todas las heridas, solo nos enseña a vivir con ellas. La ausencia de alguien que amamos crece como una sombra en el alma. Perder a alguien que amas es como perder una parte de ti mismo, y nunca más volver a estar completo

La angustia de no poder otorgar una tercera oportunidad resuena en cada latido de mi corazón, recordándome de manera implacable que algunas puertas se cierran para siempre y que el perdón no siempre lleva consigo la posibilidad de un nuevo comienzo. El dolor agudo de renunciar a la esperanza de un futuro. se hace sentir con una intensidad abrumadora, dejándome sumido en un abismo de desolación y arrepentimiento. ¿Cómo aceptar que quizás ya no haya margen para el perdón y la reconciliación, que tal vez sea hora de aceptar la realidad tal como es y seguir adelante, aunque duela en lo más profundo de mi ser?
El dolor del pasado aún perdura en el presente, convirtiéndose en un recordatorio constante de las heridas emocionales que han dejado una marca imborrable en el alma.

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