La tumba del alfarero - JIMSU

Sendero

Yoongi asintió y simularon el camino que pudo tomar. Al frente llegaron a dos caminos que conducían a la casa de los Kim solo que su diferencia radicaba en que tan largo duraba el trayecto.

— ¿Qué te parece si caminamos por los dos caminos? Tomamos el corto de ida y de regreso el largo — opinó Jimin. Su instinto le decía que no debía evitar cualquier pista.

— De acuerdo, que sea rápido, será peligroso si piensas que aquí algo le paso —

— Estamos los dos y yo te protegeré —

El camino corto fue transcurrido mientras miraban por los alrededores, siguiendo su promesa regresaron por el camino ahora largo. La oscuridad hizo temer a Yoongi quien se resguardo más en Jimin, haciendo feliz a este último.

Estaban por acercarse a mitad de camino cuando una luz los hace detenerse, Yoongi le susurra a Jimin — he visto algo brillar en aquella dirección —

Jimin miró que el espacio se alejaba del sendero, tomo valor e hizo que Yoongi lo siguiera. Venían a conseguir pistas y estaba casi seguro que todos pensaban que Dahyun había escapado a la ciudad, tan seguros que evitaron buscar por zonas como estas.

Llegaron al destello dorado y se percataron que era un pendiente.

— ¿Qué posibilidades existía de encontrar un artículo tan pequeño como este? — Yoongi tomó el articulo y lo inspecciono.

— Las mismas posibilidades que cualquiera que hubiera buscado aquí en un principio — Jimin miro hacia adelante — esto me da mala espina, creo que ahora tendremos que ser más cuidadosos, caminemos con cuidado y en silencio. Si notas algo más házmelo saber —

Yoongi asintió. Caminaron con cautela, temiendo que cualquier ruido podría alertar a algo o alguien.

Para Min, fue una casualidad el encontrar el pendiente dorado. Aunque muy en el fondo su mente jugaba con él y le mostraba escenarios que pudo haber sucedido para que este pendiente estuviera aquí. Los escenarios más desagradables decían que Dahyun ya no estaba con vida.

Pero, para ser sinceros, era el lugar y ambiente quien hacia a su mente divagar por aquellas terribles ideas.

Muy posible sea que a alguien se le cayó aquí mismo y no lo haya notado, ¿Por qué pensar demás?

Puede ser que hasta los buscadores hayan ya pasado por aquí y no encontraron nada y el pendiente sea de alguna mujer que ayudaba en la tarea.

— Yoon — Jimin habló muy bajo. Señaló un objeto blanquizco por un montículo de tierra.

Todas estas pistas a la luz del día no podrían haberse notado, sin embargo, la oscuridad fue de gran ayuda. Solo las estrellas y la luna eran el faro de luz que los guiaba, el perfecto contraste hizo que aquella búsqueda fuera tan efectiva como atemorizante.

Todo lo que estaba sucediendo no era para alegrarse, ambos estaban llegando a conclusiones nada gratas.

Con cuidado sacaron la zapatilla blanca de su escondite.

— Son malas noticias — Jimin afirma.

— ¿Deberíamos continuar? — siguen en el mismo débil tono de voz. Con miedo a ser escuchados.

— No lo sé, podemos regresar, busquemos un poco más y si aquí termina nuestra suerte nos iremos —

Yoongi frunce el ceño, tiene miedo y no quiere que algo les pase.

— ¿Qué estamos buscando? — pregunta a Jimin.

— Lo que parezca sospechoso, como el arete y la zapatilla o también algo en este lugar que no se vea normal. Cualquier cosa que te parezca raro — con pesar continúan su inquietante búsqueda.

Al cabo de un tiempo creen que todo lo encontrado puede ser una buena evidencia para que así convenzan al grupo de búsqueda que continúen en este lugar.

Cuando Jimin indica a Yoongi retirarse se escuchan pasos acercándose. Ya es tarde y por lo que han encontrado puede que no sea conocer a la persona que se acerca. Con un pensamiento rápido Jimin lleva a Yoongi hacia los arbustos escondiéndose para evitar cualquier peligro.

— Maldición — alguien murmura.

Se escuchan improperios del hombre que está a unos metros de ellos.

— Si tan solo dejaras de atormentarme — se escuchaban susurros. Jimin y Yoongi aun con el espectáculo que estaban escuchando se mantenían en silencio.

Estáticos, no querían meterse en problemas.

— Déjame ser feliz a su lado. Él no era para ti. Yo lo tratare como a un rey por favor, por favor — se escucha como la voz de aquel hombre se rompe. Como un completo loco — ¿Qué es lo que quieres de mí? ¿Quieres santa sepultura? ¿Para qué tu alma no vaya a las llamas del infierno? ¡Lo hare! Te lo prometo —

Es entonces que se escucha caer y raspar sobre la tierra.

— Es lo único que he conseguido de él, prometo que, si hoy me das paz para descansar, hare lo posible por enterrarte en tierra santa. Solo dame un día de paz —

Al termino de sus palabras se escucha que comienza a avanzar por el sendero que vino, pero se detiene y vuelve a pronunciar.

— Te he pedido esta noche paz — se escucha que está a punto de soltarse a llorar. Creían que había perdido la cordura, ese pensamiento se desmorono en cuanto comenzaron a escucharse pasos a su alrededor, como si realmente alguien más estuviera aquí — deja de bailar, deja de mostrarte frente de mí. Acepto y confieso mi pecado, deja de danzar entre los árboles. Déjame libre por favor — calla y detiene sus rezos.

Se escucha el llanto del hombre y cuando los pasos que rodeaban el lugar desaparecen, entonces el hombre corre lejos de aquí. Ambos jóvenes permanecen en su lugar solo para estar completamente seguros que por fin aquel desdichado ha podido avanzar y minutos después el silencio confirma que se ha ido.

Yoongi y Jimin con cuidado se dirigen al lugar que antes fue marcado.

Sin hablar miran el objeto dejado: un pañuelo con el bordado de la familia Min.

La pareja con los ojos aterrados sale del escondrijo hacia casa de Jimin. Cuando están a unos cuantos pasos aceleran y entran corriendo. Cierran con seguro, atrancan la puerta y se abrazan.

Sus corazones están acelerados, una descarga eléctrica recorre sus cuerpos y su sudor es frio.