❛ ✦ . 𝑡ℎ𝑒 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑜𝑛

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┈ 𝐒𝐈𝐆𝐋𝐎 𝐗𝐈𝐗 : 

Al despertar al día siguiente, Charles se encontró junto a Carlos en una cama estrecha dentro de una de las habitaciones del ayuntamiento. La luz matutina se filtraba débilmente por las ventanas entreabiertas, dibujando rayos tenues sobre las paredes desgastadas y el suelo de madera gastada. El ambiente era tranquilo, una pausa temporal en medio de la tormenta, Charles parpadeó lentamente, todavía sintiendo la fatiga acumulada de la noche anterior. Habían optado por refugiarse en el ayuntamiento, una medida de precaución contra los ojos curiosos y las posibles represalias de Lewis.

La cercanía física con Carlos en la estrechez de la cama, ambos semi desnudos y con Carlos vendado debido a las heridas recibidas. Charles observó a su amado con atención, notando cómo las líneas de dolor en su rostro aún no se habían desvanecido por completo.





( 𓈓 ) ▹ ⨾                                       Amada, es imposible borrar de mi memoria

Me persigue el recuerdo de tu extraño mirar

Esa risa tan tuya, tus labios tentadores

Que dejaron su encanto prendido en mi ansiedad




En la quietud de la habitación del ayuntamiento, mientras la luz del sol comenzaba a deslizarse tímidamente por las ventanas entreabiertas, Carlos se encontraba inmerso en un estado de dolor. Observó el rostro de su amante meticulosamente, el querer grabar cada rasgo en su memoria, cada línea de preocupación y ternura que marcaban su semblante. Las cicatrices de la noche anterior y el cuidado que Charles había mostrado desde que se encontraron, su corazón era suyo.

Carlos cerró los ojos por un momento, recordando cómo había sido aquel primer encuentro con Charles. Le había conocido en circunstancias tan diferentes, en un momento de desesperación y dolor que parecían haber quedado atrás en una vida lejana. Charles no solo le había curado físicamente por un ataque bandido, sino que había sido un bálsamo para su alma herida, un defensor en la oscuridad y un apoyo incondicional en medio del caos; era un ángel dentro de este infierno. En su mente, llegó vívidamente cómo Charles le había cargado sobre su caballo, llevándole hacia el refugio seguro del ayuntamiento mientras la noche los envolvía en su manto de miedo y incertidumbre. La figura de Charles, firme en la silla del caballo, había sido su ancla de esperanza en medio de la tormenta que les rodeaba. La mente de Carlos se había enredado en sueños entrecortados esa noche. Había soñado con Charles.

Carlos abrió los ojos lentamente, encontrándose de nuevo con la mirada preocupada de Charles. En ese pequeño cuarto del ayuntamiento, con las sombras de la noche anterior desvaneciéndose lentamente, Carlos encontró consuelo en la presencia reconfortante de Charles, una presencia que le recordaba que no estaba solo en su lucha, su corazón descanso al despertar y ver a su ángel frente a él.

──── ¿Cómo te sientes esta mañana? ──── Preguntó Charles con voz suave.
Carlos respiró profundamente antes de responder, su voz un susurro áspero. ──── Mejor, supongo. ──── Murmuró. ──── Gracias a ti. ────

Charles asintió con una sonrisa leve. ──── Estoy aquí para lo que necesites, Carlos. No tienes que pasar por esto solo. ────
Carlos bajó la mirada por un momento. ──── Charles, sobre lo que hablamos anoche. . ──── Comenzó, buscando las palabras adecuadas para expresar la preocupación que sentía.

Charles solo interrumpió, soltando una risa leve. ──── Sé lo que estás pensando. Y entiendo. ──── Se puso de pie con cuidado retirándose del pecho contrario, moviéndose con la precaución para evitar dañarle ante las cortaduras bajo sus improvisados vendajes en su amado. Buscó entre sus pertenencias y encontró una pequeña bolsa de cuero donde guardaba su dinero y documentos.

──── Sabes que tengo suficiente dinero para nosotros. ──── Continuó Charles, regresando con la bolsa y mostrándose a Carlos. ──── Y no soy de aquí, tengo ciertas ventajas para movernos discretamente si es necesario para que no nos maten. ────
Carlos observó la bolsa con alivio. ──── Charles, no puedo pedirte que te involucres más en esto. Ya has hecho demasiado por mí. ────

Charles negó con la cabeza frunciendo el ceño. ──── No es solo por ti, Carlos. Es por lo que es justo y necesario hacer. No puedo permitir que ese hombre y sus secuaces continúen haciendo daño aquí, es hermoso para seguir viviendo en estas consecuencias.  ────

Hubo un breve silencio. Finalmente, Carlos asintió lentamente, aceptando. ──── Entonces, ¿Qué vamos a hacer? ────
Charles sonrió levemente. ──── Vamos a encontrar una manera de enfrentarlo, pero no lo haremos solos. Necesitamos ganar apoyo dentro del pueblo, asegurarnos de que estén del lado correcto cuando llegue el momento y si es posible, que tú seas quien le de fin y poder liberar a los demás pueblos. ────

Carlos respiró profundamente. ──── Vamos a necesitar un plan. ──── Dijo con determinación. ──── Y tiempo para prepararnos. A Lewis le gusta bastante jugar. ────


𝚇𝚅 ࣪い. 𝕵𝒊𝒏𝒆𝒕𝒆 ❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora