Carlos despertó abruptamente por un quejido ante el dolor punzante en su pecho, el sol abrasador golpeando su rostro. Se incorporó con dificultad. Su mirada se posó en un lugar baldío cubierto de sangre seca y restos dispersos. En su mano derecha, había una hoz ensangrentada que lanzó lejos con un gesto de horror.
A pocos pasos de distancia, un cuerpo inerte yacía en el suelo, parcialmente cubierto por las ropas rasgadas de Lewis. Carlos se acercó rápidamente, con el corazón acelerado.
Al acercarse, Carlos vio el cuerpo de Charles en un estado de devastación. La hoz había dejado marcas desgarradoras. El torso de Charles estaba severamente mutilado de las costillas y parte del corazón, las heridas abiertas revelando la carne desgarrada y la sangre que aún manchaba su piel. Las ropas de Charles estaban rasgadas y empapadas en sangre, algunas partes de su piel expuestas y desfiguradas que mostraban el uso de cuchillas o incluso quemaduras. Su rostro, desfigurado por golpes al cráneo y el corte a la mitad de su rostro, mostraba una expresión de sufrimiento final, con los ojos parcialmente abiertos y la boca en una mueca de dolor.
Carlos con el corazón roto y las manos temblorosas, se inclinó sobre el cuerpo. Su mirada se posó en la hoz ensangrentada cerca del cadáver. El horror se apoderó de él mientras examinaba las heridas: cortes profundos y desiguales, marcas de la hoz que habían desgarrado la carne y la piel de Charles, dejando un rastro de sangre en exceso. ¿Qué había hecho?
En su pecho, Carlos notó una daga clavada con una nota. Sin poder soportar más, Carlos tomó la daga con manos temblorosas y retiró la nota, el dolor en su pecho intensificándose mientras el mensaje cruel se desplegaba frente a él.
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Carlos se inclinó sobre el cuerpo de Charles. Los gritos desesperados comenzaron a salir de su garganta, incontrolables y desgarradores, resonando en el aire caliente. La imagen de su pareja destrozado yacía ante él lo golpeó con una fuerza abrumadora.
Con lágrimas llenando sus ojos, Carlos abrazó el cuerpo de Charles con toda la fuerza que le quedaba, hundiendo su rostro en el pecho ensangrentado de su pareja. Carlos lloró desconsoladamente.
━━━ ¡No, no, no! ¡Mierda! ━━━ Gritó Carlos, su voz quebrándose con cada palabra. ━━━ ¡Charles, mi ángel, por favor, no te vayas! ¡Esto no puede estar pasando! ━━━ Sus manos temblorosas buscaban consuelo mientras abrazaba el cuerpo inerte de su pareja, su desesperación manifestándose en los temblores de sus manos.
En su angustia, levantó la vista hacia el cielo, gritando con una desesperación que parecía sacudir el mismo aire. ━━━ ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no me llevaron a mí?! ¡¿Por qué estás pagando tú por todo esto?! ¡Llévenme a mí ya, Dios mátame ya! ━━━
