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―Pasa

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―Pasa.―La pelirroja dijo mientras la rubia pasaba tímidamente, pero notó cómo su amiga sólo pasaba, dejaba sus llaves por ahí, y buscaba a alguien. —Volvió a tomar...

—¿Qué?

―Sube y el primer cuarto que veas es el mío, entra y cierra la puerta.—Buscaba por la cocina, la sala, y luego volteó a verla. —Voy a buscar algo de comer, tú sube.

—Si gustas te ay-

—Chio, mírame.-Un hombre alto entró a la sala, y la castaña tuvo un gran rostro de confusión. —¿Trajiste una amiga? Me alegro que ya hiciste amigas en la nueva escuela.

— Pa-papá, ¿Estás bien?—El hombre con barba de semanas asintió, sonriendo, y después vio a la pelirroja.

—¿N-no, sabes que llevo 167 días sin consumir alcohol.— La abrazó, y Rivers sólo la veía poner un rostro confundido, pero volvió a sonreír.—Hoy te-tengo una cita, volveré tarde, cuídate, Chio, y-

—Samantha, Samantha Rivera.— Estrecharon sus manos, y el hombre sonrió, viéndola.

―Soy el padre de Rocío, mucho gusto.— El hombre alto sólo se despidió de ambas y se fue, tomando sus llaves en la sala y salió de la casa.

―Estoy aterrada de conocer a los papás de mis amigos.― Dijo tímidamente, viendo a su amiga, y ella sólo negó, riendo. —Ehm, ¿Qué ibas a hacer?

―Pizza rolls, ¿Te gustan?

—Gracias, me encantan.—Sonrió viéndola, y Rocío sólo se separó un poco de ella, riendo levemente. Rivers notó que estaba realmente cerca de ella antes de que la otra se alejara

—Yo, pásame un plato de ahí por favor. ― Rivers obedeció al instante, pasándolo al instante y sólo limpió su sudor en su deportivo, tragando saliva. —Entonces, no entiendes los sentimientos que tiene Ari.
La rubia negó, viéndola, y la otra asintió. Rivers sólo relamió sus labios, acercándose a ella hasta el horno, y sólo vio el aparato.

―Y no entiendo nada, si dice que le gusta Sara pero al mismo tiempo sigue teniendo sexo conmigo, se enoja por qué cree que me gustas, no entiendo.— Rocio rió al escuchar el "me gustas" y volteó a verla, apoyándose en la barrita y la rubia caminó a ella.

—¿Y tú crees que coqueteamos a cada rato? ―Rió, carcajeando, y después se acercó a verla.―Samantha, por lo que tengo entendido tu apariencia es realmente atractiva para muchas chicas y chicos de la escuela.

—¿Y para ti no?—Sólo alzó su ceja, apoyándose al otro lado de la barrita mientras la veía.

―Eres sexy, sí, pero no mi tipo.—Admitió, riendo, y después la vio fijamente.—¿Y yo?

―Eres muy linda.—Pero tu corazón está gobernado por Ari.― Rivers asintió, mordiendo sus mejillas
internas, y luego tuvo un gesto triste. —¿Sabes? Lo que te pasa es que no tienes el coraje de hacerlo...

―Tengo miedo de arruinar nuestra amistad, ¿Sabes? Varios años de amistad como para arruinarlo con mis sentimientos.— Suspiró. —Yo sé que a ella no le gusto porque le avergüenza hasta que nos emparejen.

―Yo digo que le gustas pero siente lo mismo que tú, así que da un paso, ahora, tienes que hacerlo ya, incluso márcale para confesarle.― Sacó su celular, y Rivers sólo miró el teclado, pensando en llamarle o no a Ari.

―N-no creo, sólo-

Y cómo si la hubieran invocado, Ari ya le estaba marcando y Rocio sólo sonrió tierna al leer el "Babe" en la pantalla del celular de la otra. Le indicó que pusiera el altavoz para escucharla, y la otra lo hizo. Sonrió al escuchar a la otra.

—¿Hola?

—Rivis, ¿Tienes algo que hacer hoy?— Ari sólo llevó sus manos a su rostro al hablar tan bajito con ella y sabía que era por el nerviosismo. Sabía que estaba con Rocio, sabía y hasta podía jurar qué tal vez hasta estaban besándose antes de llamarla. ―Hum, sólo estoy con Rocio.

—Ah, entiendo, entiendo... ¿No quieres venir? Si quieres también invita a Rocio, es sólo que mamá hizo un postre delicioso y quiero que lo pruebes.

―Deja preguntó a Rocio.—La miró, y la otra negando, susurrando un 'Ve por ella, tigre'. —Rocio no vendrá, pero yo iré, llego en unos minutos.

Se despidió de la otra con un abrazo, y salió de la casa manejando a la casa de la otra, que sorpresivamente estaba relativamente cerca a la casa de la menor. Sonrió en cuanto bajó de su carro y se encontró a la pelinegra fuera de su casa, viéndola sonriente. Sólo se acercó a ella y la abrazó.

―Hola.―Se acurrucó en su hombro, inhalando su olor, y realmente se sintió cómoda. Su olor a su labial de sandía, era Ari. Suspiró, abrazándola más fuerte.

—Hola, ¿Manejaste con cuidado?— Dijo acariciando su espalda, y Rivers asintió en el mismo lugar, y la castaña sólo la vio, sonriendo.

―Tengo que decirte algo, Ari.―Y la otra asintió, y después pasaron a la casa. Lenay la recibió al instante, haciendo a la otra reír, igual Germán

―¡Hicimos este postre sólo para ti!—Bromeó el hombre, sonriendo, y después acercó a las menores a la mesa para ver el pastel. Rivers sólo sonrió feliz, viendo el alimento y oliéndolo.
Su parte favorita de estar en la casa de los Garza era que le hacían sentir una miembro más de la familia, y no sabía si era algo de los Garza porque justo ese día que conoció al padre de Rocio había sido una de las escenas más incómodas de su corta vida.
Vio a Ari.

—Conocí al papá de Rocío.— El nombre pareció tensar a los Garza, que la vieron mientras dejaban de comer el postre. —Era un hombre tan alto que casi topaba con la pared, realmente alto.

—¿Y quién es Rocío? Abi nos habló un poco de ella...— Preguntó la mujer, viéndola fijamente. Rivers no tardó en responder.

―Es una alumna nueva y también amiga nueva, es muy amable y cool, nos tocó en el mismo taller.—Dijo para después meter un gran trozo de pastel en su boca, comenzando a masticar para evitar más preguntas, y los adultos entendieron esto. Aunque la simple mención de la chica los hizo ponerse nerviosos, la sensación de que algo malo ocurriría pronto hizo temblar de pies a cabeza a los adultos que tan solo se dedicaron miradas tristes sabiendo que no podrían intervenir.

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𝐃𝐢𝐞𝐭 𝐎𝐟 𝐒𝐞𝐱 || 𝑅𝑖𝑣𝑎𝑟𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora